Soldados amotinados detuvieron este martes al presidente y al primer ministro de Malí después de rodear una residencia y disparar al aire en un aparente intento de golpe de Estado tras varios meses de manifestaciones que exigen la destitución del mandatario Ibrahim Boubacar Keita.
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Los soldados se desplazaban libremente por las calles de Bamako, dejando cada vez más claro que tenían el control de la capital. Hasta el momento no había comentarios de los soldados, que procedían del mismo cuartel militar de Kati donde se originó otro golpe hace más de ocho años.
Un funcionario regional, que habló con la condición de mantener el anonimato ya que no estaba autorizado a hablar con los periodistas, confirmó que el presidente y el primer ministro habían sido detenidos este martes por la noche.
La espectacular escalada coronó un día de caos político en Malí, donde la ONU y Francia han pasado más de siete años tratando de estabilizar el país desde que el golpe de 2012 permitió que una insurgencia islámica se afianzara en la nación.
La convulsión había comenzado en la ciudad de Kati, donde los soldados amotinados tomaron armas de los cuarteles y detuvieron a altos oficiales militares. Los manifestantes antigubernamentales aplaudieron las acciones de los soldados, y algunos incluso incendiaron un edificio en la capital que pertenece al ministro de justicia de Malí.
El primer ministro Boubou Cisse, había instado a los soldados a deponer las armas.
“No hay ningún problema cuya solución no se pueda encontrar a través del diálogo”, dijo en un comunicado.
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Horas antes, trabajadores del gobierno huyeron de sus oficinas cuando hombres armados comenzaron a detener a funcionarios, entre ellos al ministro de finanzas del país, Abdoulaye Daffe.
Se trata de una preocupante repetición de los acontecimientos que condujeron al golpe de 2012, que en última instancia desató años de caos en Malí cuando el consiguiente vacío de poder permitió a extremistas islámicos hacerse del control de las ciudades del norte. En última instancia, una operación militar dirigida por Francia derrocó a los yihadistas, pero estos se reagruparon y ampliaron su alcance al centro de Malí.
RENUNCIA EL PRESIDENTE
Posteriormente, el presidente Ibrahim Boubacar Keita, quien fue elegido democráticamente en 2013 y reelegido cinco años después, anunció su renuncia en un mensaje transmitido en la televisión estatal, horas después que los soldados amotinados abrieron fuego a las afueras de su residencia.
En su mensaje transmitido en la cadena Ortm justo antes de la medianoche, un angustiado Keita -con mascarilla debido a la pandemia de covid-19– dijo que su renuncia era de efecto inmediato. Un cintillo en la parte inferior de la pantalla se refería a él como “presidente saliente”.
“No quiero que se derrame sangre para mantenerme en el poder”, dijo Keita. “He decidido dejar el cargo”.
También anunció la disolución de su gobierno y de la Asamblea Nacional, lo que sin duda contribuirá a la agitación del país en medio de una insurgencia islámica y de la pandemia de coronavirus.