Las autoridades de Corea del Sur mantuvieron cerradas las iglesias este domingo y aunque permitieron los partidos de béisbol éstos tenían que librarse sin público, en medio de un rebrote del coronavirus que ha despertado temores de que la enfermedad está abrumando al sistema de salud.
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La agencia de salud surcoreana reportó 397 casos nuevos, siendo el décimo día seguido en que registra un aumento de triple dígito, cerca de los niveles alcanzados en lo peor de la crisis en la primavera.
El resurgimiento, que empezó en la capital Seúl pero se ha esparcido a otras ciudades y regiones en los últimos días, es un doloroso revés para el país que hasta ahora había tenido una respuesta ejemplar al virus.
Tras aflojar las estrictas medidas de distanciamiento social, temiendo perjudicar la economía, los responsables surcoreanos volvieron a imponer límites por todo el país a partir del domingo.
Quedaron prohibidas las concentraciones de más de 50 personas en espacios cerrados, y de más de 100 personas en espacios abiertos. Quedan cerrados los nightclubs, salas de karaoke, restaurantes tipo buffet y cafés de videojuegos.
Las iglesias sólo pueden ofrecer servicios por internet, y los eventos deportivos se pueden realizar pero sin fans.