Melania Trump presentó a su esposo como un líder auténtico e inflexible en un discurso desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, mientras el presidente, Donald Trump, recurrió el martes a familiares, agricultores y a las atribuciones del puesto para impulsar sus opciones de reelección en la segunda jornada de la Convención Nacional Republicana.
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La primera dama ofreció un retrato pulido de la presidencia de Trump que a menudo contrastó con las crisis, la división y las acciones implacables de su gobierno.
Su intervención formó parte de un esfuerzo más amplio para mostrar el lado más indulgente de un mandatario combativo que pronto se enfrentará a los votantes. Además de las palabras de su esposa, Trump indultó a un criminal reformado y supervisó la ceremonia de naturalización de varios inmigrantes en medio del programa, aunque suele manifestar su firme oposición a la inmigración, tanto legal como ilegal.
“En mi esposo tienen a un presidente que no dejará de luchar por ustedes y por sus familias», dijo Melania Trump, que también es inmigrante. “No se rendirá».
El equipo del candidato presidencial demócrata, Joe Biden, no se mostró sorprendido.
“Los inmigrantes y los latinos no son accesorios, y estos son gestos vacíos que no nos harán olvidar los fracasos de Donald Trump», dijo Jennifer Molina, directora de medios latinos de Biden.
Melania y dos de los cinco hijos del mandatario encabezaron una diversa selección de seguidores, que incluyó a un ladrón de bancos convicto, que pidieron la reelección de Trump en una noche con un tono mucho mas positivo que la víspera.
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Pero Trump tiene mucho trabajo que hacer. La mayoría de las encuestas muestran que Biden tiene una ventaja significativa en términos de apoyo y en cuestiones de carácter como la fiabilidad y la simpatía. Esto hace que valoraciones de carácter como la realizada por la primera dama el martes sean importantes si el presidente espera recuperar a los votantes, especialmente las mujeres, que se han desviado durante la pandemia, el colapso económico y el movimiento contra el racismo.
En un momento especialmente emotivo, Trump mostró un video en el que aparece firmando el indulto de Jon Ponder, un hombre de Nevada que ha creado una organización que ayuda a los reclusos a reintegrarse a la sociedad.
“Vivimos en un país de segundas oportunidades”, dijo Ponder, de pie al lado del presidente.
“La vida de John es un hermoso ejemplo del poder de la redención”, dijo Trump antes de firmar el indulto.
Entre los oradores había un pescador de langostas de Maine, un agricultor de Wisconsin y un líder nativo americano. Los conservadores estuvieron representados por una activista antiaborto nieta de Billy Graham. La convención contó también con un estudiante de secundaria de Kentucky cuya interacción el año pasado con nativos americanos se convirtió en punto caliente de las guerras culturales en el país.
A apenas 10 semanas de las elecciones, aunque las votaciones anticipadas comenzarán mucho antes, Trump enfrenta una creciente presión por reformar su campaña. Pero mientras lucha por controlar la pandemia y la devastación económica causada por el coronavirus, los republicanos siguen sin identificar un mensaje político consistente para argumentar su reelección.
Melania Trump señaló que la vida de los estadounidenses cambió “drásticamente” en marzo por la aparición del virus. Pero otros participantes hicieron escasas menciones a la pandemia pese a que es uno de los asuntos más importantes para los votantes.
La cifra de muertos por el COVID-19 en el país superó las 178.000 personas el martes, de lejos la más alta del mundo, y no hay indicios de desaceleración. El paro sigue por encima del 10%, una cifra peor a la registrada durante la Gran Depresión. Y se teme que más de 100.000 negocios puedan cerrar para siempre.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca parece haber abandonado los esfuerzos para negociar otro paquete federal de rescate con el Congreso.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, intervino en la convención durante un viaje oficial a Israel.
“El presidente Trump ha puesto en práctica su visión de Estados Unidos primero», dijo Pompeo. “Puede que esto no lo haya hecho popular en ninguna de las capitales extranjeras, pero ha funcionado».
El discurso grabado de Pompeo rompió con la tradición, que se mantenía desde hacía décadas, de que el secretario de Estado no participe en este tipo de actos para evitar entrar en política nacional. Que el video fuese filmado en Jerusalén, donde estaba de visita oficial, plateó cuestiones adicionales sobre idoneidad.
