Un nuevo caso de violencia racial remece a Estados Unidos. Jacob Blake, el hombre de raza negra que fue baleado en repetidas ocasiones por la policía de Wisconsin, está paralizado y «se necesitaría un milagro” para que pueda volver a caminar, según el abogado de su familia, mientras hizo un llamado para que se despida al agente que abrió fuego y a los demás involucrados.
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El incidente sucedió el domingo fue captado en video y se viralizó en redes sociales como un nuevo hecho de violencia racial. En la captura aparece Blake dándole la espalda a la policía y queriendo entrar a su auto, mientras un efectivo lo agarra de la polera y le dispara siete veces. El hecho ocurrió frente a tres de sus hijos.
El hecho desató nuevas protestas contra la violencia racial racial apenas tres meses después de la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis.
“Ellos balearon a mi hijo siete veces, siete veces, como si no importara», dijo el padre de Blake, también llamado Jacob y que habló con los reporteros junto con otros familiares y abogados. “Pero mi hijo importa. Es un ser humano y él importa”.
Blake, de 29 años, estaba siendo operado, dijo su abogado Ben Crump, quien añadió que las balas cercenaron la médula espinal y destrozaron vértebras. Otro abogado dijo que algunos órganos sufrieron daños severos.
“Se necesitará de un milagro para que Jacob Blake Jr. vuelva a caminar», dijo Crump.
El equipo legal planea presentar una demanda en contra del departamento de policía por el tiroteo. La policía no ha dicho mucho sobre lo sucedido, fuera de declarar que los agentes respondían a una disputa doméstica. Los policías involucrados no han sido identificados públicamente.
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Luego de una noche en que las protestas se convirtieron en disturbios, el gobernador de Wisconsin Tony Evers pidió calma, al tiempo que declaró un estado de emergencia bajo el cual se duplicó el número de agentes de la Guardia Nacional en Kenosha, de 125 a 250. La noche previa, la multitud destruyó decenas de edificios y provocó más de 30 incendios en el centro de la ciudad, ubicada en el sureste del estado.
«No podemos permitir que continúe el ciclo de racismo sistémico e injusticia», dijo Evers, que enfrenta crecientes presiones de los republicanos por su manejo de las protestas. “Tampoco podemos seguir por este sendero de daño y destrucción”.
La madre de Jacob Blake, Julia Jackson, dijo que los daños en Kenosha no reflejan lo que quiere su familia y que, si su hijo pudiera verlo, estaría “muy disgustado”. Comentó que lo primero que le dijo su hijo cuando la vio fue que lo sentía.
“Dijo: ‘No quiero ser una carga para ustedes’, declaró Jackson. “Quiero estar con mis hijos y no creo que vaya a volver a caminar”.
Tres de los hijos deJacob Blake, de 3, 5 y 8 años, estaban en el auto al momento del incidente, dijo Crump. Añadió que era el cumpleaños del hijo mayor de Blake.