La jornada de ayer se dio el vamos oficial a la propaganda del plebiscito del 25 de octubre. Un día que, según han dicho representantes de los distintos sectores, será «histórico». Los chilenos podrán decir si quieren o no una nueva Constitución, y si prefieren que sea redactada por una convención constituyente (100% elegida) o una mixta (50% elegida – 50% parlamentarios).
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Pero a pesar de la magnitud de dicho proceso, y que incluso hubo más tiempo para prepararse, porque inicialmente el 26 de abril, expertos en publicidad y campañas electorales, quedaron «con gusto a poco». Consultados por Publimetro, Cristián Leporati, director de la Escuela de Publicidad de la UDP; Manu Chatlani, director ejecutivo de Jelly; y Roberto Izikson, gerente de Asuntos Públicos de Cadem, coincidieron en que los diferentes comandos «quedaron al debe».
Si bien consideraron que las piezas conocidas ayudan a la hora de «crear un ambiente de elección», reprocharon el contenido. En cuanto al trabajo comunicacional de comandos por el «rechazo», Leporati manifestó que «se nota que hay una propuesta acabada, con un trabajo conceptual preparado», lo que lo ubicaría por sobre el del apruebo, que consideró «más disperso». Sin embargo, lo hecho por RN o la UDI, comentó, se inclina por reforzar lo negativo, lo que lo hace menos atractivo versus los matices más «lúdicos o ‘buena onda'», que tienen los spot del «apruebo».
Que quienes están por el «rechazo» digan que promueven los cambios ahora, indicó Leporati, es complejo «porque por qué debería creerles ahora. Gozan de una falta de reputación y credibilidad, que se suma a una mala aprobación del Gobierno». Y aunque en la oposición, donde están la mayoría de los que van por el «apruebo», tampoco tienen una alta valoración, el que apunten «al futuro, a la dignidad, al cambio», les juega favorablemente. «La emoción le gana a la razón en las campañas políticas», manifestó.
Las expectativas no se cumplieron, a juicio de Chatlani, porque «la gran mayoría de los actores parte jugando a lo seguro. Como en un primer round de una pelea donde están estudiando al rival, antes de sacar lo que, me imagino, tienen guardado». Aseveró que, de lo que se ha visto hasta ahora, destaca lo del Partido Radical: «buscan humor y otra forma de hacer referencias. Los demás utilizan básicamente lugares comunes».
«La calidad de la producción de RN se ve que está varios puntos más arriba, pero eso no es garantía de nada. Tener el comercial con más producción del mundo no es el que necesariamente mejor conecta. Están al debe. Y en realidad, lo políticos están al debe desde mucho antes de esta campaña», comentó.
Por su parte, Izikson evidenció otra falencia: de las piezas hasta ahora conocidas, ninguna está enfocada en movilizar a las personas para que vayan a votar y a darles tranquilidad respecto de las medidas sanitarias. Como si no hubiese pandemia. «Eso es fundamental. Menos participación no beneficia a nadie. Tanto o más importante que movilizarlos por el apruebo o por el rechazo, es que la participación sea masiva, para que la decisión que se tome sea realmente representativa», aseguró.
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Planteó, además, porque aún la política tiene una mirada «cortoplacista», de sólo preocuparse de «traer agua al molino».
Propaganda al debe: Ojo con la abstención
Desde que comenzó la pandemia, el porcentaje de personas que declaraba segura de votar en el plebiscito ha caído 21 puntos, según datos de la última encuesta Cadem. He ahí la urgencia de los expertos en pedir a los comandos, y al propio Gobiernos, que incluyan mensajes destinados a movilizar a la población. Una baja participación, dinamitaría la legitimidad del proceso, aunque no se fijaron mínimos para que este sea válido. Pero es un llamado de alerta, porque, por lo demás, después de ocho semanas creció el miedo ciudadano ante el covid-19.
Al tiempo que los plazos se van cumpliendo, el Servicio Electoral va despejando interrogantes. Patricio Santamaría confirmó que personas covid positivo no podrán votar en los locales comunes, y deslizó que, previa autorización de los pacientes, se podría crear un padrón especial para que Correos le lleve el voto a la casa.
