El Premio Nacional de Literatura encontró a Elicura Chihuailaf en Andalucía, cumpliendo su intensa agenda de escritor y oralitor bilingüe reconocido en Europa por su poesía telúrica y las traducciones al mapudungún de obras tan magníficas como “La Araucana”, el clásico de Alonso de Ercilla; “Todos los Cantos”, del Premio Nobel Pablo Neruda y “Canto Libre,” del cantor y artista popular Víctor Jara.
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Nacido en la comunidad mapuche de Kechurewe, en la Araucanía, respondió con emoción el anuncio de la distinción por parte del ministerio de Cultura, advirtiendo que en un “momento tan tremendo que vive el mundo, la naturaleza nos ha dado una dura advertencia”, e igual de convencido de que, para afrontar los conflictos, “conversando podamos avanzar en el buen vivir”.
Mientras la tensión de la Araucanía sigue latente, Elicura exige al “Estado de Chile a abrirse a escuchar a la realidad que vive el pueblo mapuche. La lucha nuestra es por ternura… Este premio abre una ventana para que el Estado escuche a nuestro mapuche”.
El compromiso con su gente lo expresa con la misma elocuencia y fuerza de sus poemas, aunque una estrofa de “La llave que nadie ha perdido” señala que “La poesía no sirve para nada/me dicen/Y en el bosque los árboles/ se acarician con sus raíces azules…”
En marzo pasado, Elicura quedó atrapado en España por la pandemia y aún anclado a las tierras andaluzas agradeció el reconocimiento honorífico y material otorgado por el Gobierno a su obra, expresando que “este premio abre una ventana para que el Estado escuche al pueblo mapuche”.
En 1994 se realizó el Primer Encuentro de Escritura Indígena en México. En esa ocasión, Elicura Chihuailaf propuso el término oralitura para referirse a la importancia de la palabra en la cultura mapuche, como sustento de la comunidad y de la comunicación con el espíritu y el corazón del otro, asumiendo el modo de expresión poética a través de la escritura.
Como escritor tradicional, “Sueños Azules” y “Contrasueños” son dos de sus libros principales, aunque fuera del país lo reconocen más como el oralitor -quien ejerce su escritura al lado de sus fuentes: la oralidad de los mayores- que cautela la herencia cultural mapuche…