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Murió una de las últimas mujeres de la comunidad kawéskar: Ester Edén se fue navegando al reencuentro con sus antepasados

Con 6 mil años de historia, la comunidad kawésqar de Puerto Edén fue reconocida en el 2009 como Tesoro Humano Vivo,

Este domingo se confirmó el lamentable fallecimiento de una de las últimas mujeres hablantes kawésqar y reconocida  como Tesoro Humano Vivo en Chile por sus conocimientos ancestrales. María Ester Edén Wellington, de 85 años y originaria de Puerto Edén, residía en el Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores“Cristina Calderón Harban”, donde participó activamente de iniciativas destinadas a la recuperación y revitalización de su cultura. Sin embargo, desde el sábado 29 estaba internada en Urgencia del Hospital Clínico Magallanes, debido a una descompensación respiratoria de la cual no pudo recuperarse, según confirmó el Ministerio de Desarrollo Social.

En la reciente conmemoración del  Día Internacional de las Mujeres Indígenas, la Seremi de Desarrollo Social, Liz Casanueva, destacó la figura de Ester, «una fiel representante de la comunidad kawésqar de Puerto Edén, y quien defendió durante toda su vida la cultura de uno de los pueblos navegantes de la Patagonia. En este especial viaje para reencontrarse con sus ancestros le deseamos, de manera simbólica, una buena navegación».

En la Isla Wellington, al sur del golfo de Penas se encuentra Puerto Edén, cuyos vestigios han revelado la ocupación del pueblo canoero y nómade kawésqar desde hace 6.000 años. Ester María nació allí el 12 de septiembre 1934 y nunca asistió a un establecimiento educacional, pero su riqueza cultural era invaluable, debido a que en su juventud se dedicó a la recolección marina, agricultura, y a la artesanía, como cestas en junquillo, las que vendía para mantener a su familia.

Se casó y tuvo 14 hijos, de los cuales hoy sólo sobrevive María Felicia González Edén. La comunidad kawésqar de Puerto Edén fue reconocida en el 2009 como Tesoro Humano Vivo, instancia oficial de reconocimiento que el Estado chileno otorga a comunidades, grupos y personas que son distinguidos y destacados por sus pares, por los significativos aportes que han realizado a la salvaguardia y al cultivo de elementos, de acuerdo a lo establecido en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, suscrita por Chile en el año 2008.

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