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La arriesgada apuesta de la UDI de “apropiarse” de Víctor Jara

Usar parte de la canción “El derecho de vivir en paz” para la campaña del rechazo impacta, pero tiene costos. Desde la academia se resalta que una decisión como esta refleja la crisis de identidad del gremialismo.

El uso por parte de la UDI de una porción del tema «El derecho de vivir en paz», de Víctor Jara, en su campaña por el «Rechazo» a la nueva Constitución generó mucho ruido.

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Tras el impacto inicial viene el examen más calmado de una estrategia que polariza, considerando que ese tema es emblema del «estallido social» y que su autor fue asesinado por la Dictadura Militar que apoyaron las huestes gremialistas.

Germán Silva Cuadra, U Mayor.

El director del Centro de Estudios y Análisis de la Comunicación Estratégica de la Universidad Mayor, Germán Silva Cuadra, sostiene que «lo primero que se busca en esta clase de situaciones es impactar, y eso lo logró la UDI pues se habla de la campaña. Pero  jugar con un ícono tan ajeno refleja la crisis y la confusión ideológica de ese partido, que ve cómo su principal candidato presidencial, Joaquín Lavín, se desmarca de dos de los pilares de ese sector, al estar de acuerdo con el cambio de la Constitución y el retiro de plata desde las AFPs».

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El experto dice que «esto es tan extremo como si el Frente Amplio usara una canción de los Huasos Quincheros. Pero aunque haya un afán publicitario, no hay que olvidar lo otro. Si en la UDI hicieron esto es porque en realidad se encuentran a la deriva. Ello puede traerles un efecto contrario al analizar el fondo del asunto, pues no se puede recurrir a cualquier elemento en pos de un objetivo político».

José Orellana Yáñez, UAHC.

Más análisis 

Por su parte, el cientista político, doctor en Estudios Latinoamericanos y docente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, José Orellana Yáñez, dice que «desde su opción por el «Rechazo», la UDI hace una apuesta muy arriesgada  al usar iconografía propia del movimiento social que empezó en octubre de 2019 y que además representa a sectores progresistas desde comienzos de la década del setenta».

El profesor añade que «lo que vimos es funcional a una estrategia de márketing político, y en este caso se está trabajando con una expresión identitaria de otro sector. Habrá que ver qué impacto   tiene esta utilización, aunque ya han aparecido reacciones visto reacciones para colocar en su justa medida el hecho».

El académico agrega que «no es misterio que algunos sectores de la derecha emplean de forma selectiva expresiones que escapan a su identidad conservadora para intentar atraer preferencias de cara a las elecciones. No es la primera vez ni será la última, que pase esto, como lo mostró Joaquín Lavín al declararse ahora un socialdemócrata y antes un bacheletista».

Eduardo López Bravo, SmartPress.

Enfocados en lo comunicacional, el director ejecutivo de la agencia SmartPress y asesor en comunicación política, Eduardo López Bravo, puntualiza que «más allá de las ideologías que están detrás de las críticas al uso de la canción de Víctor Jara, es importante entender en qué contextos históricos se dan. El origen de su letra fue inspirada en otro tiempo, pero hoy para algunos sectores de la sociedad los acontecimientos vividos tras el 18-O fueron de una violencia también extrema e injusta y terminaron por alterar la paz del país».

Su mirada apunta a que «es allí donde pueden cruzarse las visiones y encontrar puntos en común, con altura de miras. Más que centrarse en las intenciones políticas que movilizaron a la UDI, el debate tiene que abrir caminos sobre lo que entendemos por el derecho de vivir en paz, un valor universal frente al cual todos se sientan con la propiedad de defenderlo y protegerlo, sobre todo, en democracia».

Víctor Jara.

La historia de la canción

«El derecho de vivir en paz» fue el sexto sencillo como solista de Víctor Jara, quien lo escribió en 1969. Pero lo lanzó en 1971 en un disco de vinilo con el mismo nombre, bajo el sello Jota Jota, luego Dicap.

Lo grabaron en los estudios RCA de Santiago y contó con la  colaboración de varios músicos, entre ellos Los Blops e Inti Illimani.

En 1971 la obra fue estrenada en vivo en el Teatro Marconi, hoy Nescafé de las Artes, y tiene muchas versiones.

Es considerada una de las canciones de mayor innovación y posee un corte experimental en la obra de Víctor Jara, lo que refleja el hecho de que contiene las guitarras eléctricas y el órgano de Los Blops, más un bajo eléctrico y una batería (inusuales en el trabajo del cantautor nacional) y un sonido ligado a las raíces folklóricas.

Frente a frente

Diputada Karol Cariola, PC: «Me parece que es una provocación y una falta de respeto que (desde la UDI) intenten apropiarse de una frase. Creo que ellos deben retractarse».

Diputado Javier Macaya, UDI: «La cultura, el arte y particularmente el contenido tan bonito de esa canción no debiera ser propiedad de algún sector político o ideológico».

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