Autoridades británicas y de la Unión Europea celebraban el jueves una reunión de emergencia sobre el plan británico de romper parte de su acuerdo de divorcio, una maniobra que según la UE acabaría con toda la buena voluntad para alcanzar un acuerdo comercial.
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La decisión de Gran Bretaña de violar las leyes internacionales cambiando parte del Acuerdo de Salida de la UE ha alarmado a las autoridades europeas y amenaza con descarrilar las ya frágiles negociaciones entre ambas partes sobre comercio y sus relaciones futuras, que se celebran al mismo tiempo en la capital británica.
Una medida en este sentido del primer ministro, Boris Johnson, “socavaría de forma fundamental el Acuerdo de Salida y dañaría gravemente la confianza que tenemos en nuestros socios británicos”, dijo Danuta Huebner, supervisor jefe del parlamento europeo sobre la aplicación del pacto entre Londres y Bruselas.
“Esto no puede y no será aceptado”, dijo Huebner.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, tenía previsto reunirse con Michael Gove, el ministro británico de preparación al Brexit, en un encuentro organizado de forma apresurada. Los dos lideran un comité conjunto encargado de concretar las normas tras el Brexit para Irlanda del Norte, la única parte de Reino Unido que comparte una frontera con un miembro de la UE, Irlanda.
Mantener esa frontera libre de puestos aduaneros y otros obstáculos es un objetivo clave del Acuerdo de Salida firmado por ambas partes hace menos de un año. Una frontera abierta respalda el acuerdo de paz que puso fin a décadas de violencia en Irlanda del Norte.
Huebner advirtió que socavar el acuerdo de salida “supondría una seria amenaza a la paz duradera y la prosperidad en la isla de Irlanda”.
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Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara estadounidense de Representantes, se hizo eco de esa preocupación. “Si Gran Bretaña viola ese tratado internacional y el Brexit socava el acuerdo (de paz) del Viernes Santo, no habrá absolutamente ninguna posibilidad de que el Congreso apruebe un acuerdo comercial entre Gran Bretaña y Estados Unidos”.
El gobierno conservador de Johnson, anunció esta semana que tiene previsto redactar leyes para conferirse la autoridad de desviarse de algunas de las cláusulas del acuerdo sobre el comercio en Irlanda del Norte.
Londres dijo hacerlo para proteger el acuerdo de paz si no había acuerdo con la UE. Sin embargo, el anuncio provocó serias advertencias del bloque.
“El acuerdo de salida no está abierto a renegociación y esperamos que la letra y el espíritu del acuerdo de salida se respeten por completo”, dijo Sefcovic.
También muchos políticos y abogados británicos expresaron su alarma, indicando que renegar de un compromiso internacional legalmente vinculante acabaría con la reputación británica de respeto a la ley y el orden.
“Si no se puede confiar en nosotros para cumplir nuestra palabra en este asunto, entonces díganme, ¿por qué iba a confiar nadie en nosotros en el futuro?”, dijo Edward Garnier, ex abogado del estado británico.
Gran Bretaña abandonó los organismos políticos de la UE el 31 de enero y formalizará su ruptura económica al terminar un periodo de transición de 11 meses, el 31 de diciembre. Los dos bandos intentan alcanzar un acuerdo comercial para entonces, pero las conversaciones se han trabado en asuntos como los derechos de pesca en aguas británicas y las normas de competencia para empresas.
Los jefes de negociación de ambas partes, David Frost y Michel Barnier, tenían previsto terminar el jueves la ronda actual de conversaciones. Los dos bandos dijeron que salvo que hubiera acuerdo en octubre, Gran Bretaña afrontaba el golpe económico de una salida sin acuerdo el 1 de enero.