Dos días después de que se presentara una acusación constitucional en su contra, el exministro de Salud Jaime Mañalich reapareció en una actividad pública por primera vez desde su renuncia el pasado 13 de junio.
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En un taller organizado por la Fundación Jaime Guzmán, Mañalich abordó -entre varios temas- el proceso que enfrentará en el Congreso.
«Estaba seguro de que se iba a presentar. Me llama la atención que se hubiesen arriesgado al último día. Les costó conseguir la décima firma», planteó en la actividad que se realizó a través de la plataforma Zoom.
«La razón no es que quisieran o no acusarme, sino que es menos atractivo acusarme a mí que acusar a otros que están en el gabinete», añadió sobre la tardanza en la presentación. «Los parlamentarios tienen esta atribución, la van a usar, por supuesto. No puedo predecir el resultado», dijo.
El extitular del Minsal también se refirió a su gestión durante la emergencia por el covid-19. «Teníamos que lograr que el brote de esta enfermedad no hiciera colapsar la capacidad hospitalaria. Aplanar la curva de los casos, demorarla en el tiempo y hacer crecer la capacidad de hospitalizar y tratar a los enfermos, cosa que en realidad todo el mundo reconoce que en Chile se hizo extraordinariamente bien, y que no ocurrió lo que pasó en Italia, España, donde hubo este dilema de la última cama», argumentó.
Mañalich recordó los primeros días de este año, cuando se ideó la estrategia para enfrentar la enfermedad en el país, marcado por el difícil momento político que se arrastraba desde el estallido social del 18 de octubre.
«Chile se enfrentaba en ese momento a una situación compleja, que cualquier cosa que nosotros hiciéramos significaba una violación de derechos constitucionales de las personas. Toda la oposición, incluidos los alcaldes, se nos vinieron a la yugular: esto es un fraude que el Gobierno está armando para controlar el estallido social, que todavía estaba vivo, y prever lo que iba a ocurrir en marzo cuando la ciudadanía descontenta saliera a la calle», planteó Mañalich, quien insistió en que -en primera instancia- no hubo intención de colaborar de los alcaldes y la atención primaria de salud.
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Consultado sobre si hubiera hecho algo distinto, Mañalich dijo que «cualquiera es general después de la batalla».
«La única cosa que pudimos haber hecho más radical es haber cerrado absolutamente las fronteras. No llega nadie a Chile durante el próximo mes (…) Pero el conflicto que esa medida, cuando la insinuamos, generó fue de tal magnitud que en realidad era muy difícil. En ese minuto la confianza en el Estado estaba completamente quebrada. Y ojo, sigue quebrada. Entonces hay que entender el contexto en el cual se habla», sostuvo.