Las Fuerzas Armadas mexicanas han perdido en los últimos 14 años un total de 46 aviones y helicópteros que han sido derribados por sicarios de organizaciones del narcotráfico.
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Estos aparatos han sido derribados con fusiles de repetición Barret y lanzacohetes RPG-7, según informa la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana. En total se han perdido 102 aparatos: 32 en labores de adiestramiento, 19 en traslados, dos en vuelo de mantenimiento, uno en pruebas en tierra, uno en transporte y el último en vuelo de prueba.
Ocho de los nueve aparatos caídos por disparos de los cárteles en Sinaloa, Jalisco, Durango, Oaxaca y Guerrero eran helicópteros tipo Bell. De los 46 aparatos derribados por el narco, 23 corresponden al sexenio del presidente Felipe Calderón y 23, a la administración de Enrique Peña Nieto.
En lo que va del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador solo se ha informado de la caída de un helicóptero MD-530F por un fallo mecánico durante un traslado en Chihuahua. Por regiones, siete aeronaves han caído en Sinaloa, seis en Michoacán, seis en Guerrero, cuatro en Chihuahua y tres en Sonora.
El caso más conocido ocurrió en mayo de 2015, cuando el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) demostró su capacidad armamentística al derribar un helicóptero EC725 Cougar de la Fuerza Aérea Mexicana con un lanzacohetes RPG-7 durante un operativo en el municipio de Villa Purificación para capturar al capo Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, quien sigue prófugo.
Una serie de «accidentes»
En el helicóptero viajaban 16 militares y dos agentes de la extinta Policía Federal (PF) que participaban en un vuelo de reconocimiento en Jalisco cuando localizaron un convoy de vehículos con personas armadas, en el que presuntamente viajaba ‘El Mencho’. Al ser sorprendidos, los sospechosos atacaron al helicóptero con armas de fuego. Siete militares murieron tras el descenso de emergencia.
En agosto de 2018 seis presuntos integrantes del CJNG fueron detenidos por su participación en el derribo del EC-725 Cougar y en la emboscada a elementos de la Policía Federal en marzo de 2015 en Ocotlán, Jalisco.
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En noviembre de 2017 un helicóptero fumigador del Ejército cayó en la zona serrana de la comunidad Filo de Caballos, en el municipio de Leonardo Bravo, Guerrero. Las autoridades atribuyeron la caída a los alambres que colocan los amapoleros en esa región de la entidad.
Un Bell 206 que realizaba operaciones de fumigación de plantaciones de amapola y marihuana cayó en el municipio de Tamazula, Durango, en octubre de 2019. «Debido a la pericia y maniobra de emergencia efectuadas por el piloto, los tres tripulantes resultaron ilesos, aunque lamentablemente el piloto perdió la vida», informó Defensa.
