Una grave denuncia fue dada a conocer esta mañana por la agencia internacional de noticias Reuters, por un hecho de estafa internacional que sucedió desde nuestro país que involucra fruta contaminada que fue importada mayoritariamente a Canadá, pero también a Estados Unidos, Kuwait, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.
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El hecho data del 2017, cuando inspectores de la aduana chilena, luego de recibir una denuncia, allanaron las oficinas de Frutti di Bosco, una pequeña empresa comercializadora de frutas que se ubica en Santiago Centro, encontrando una estaba internacional, todo por las frambuesas.
Las bayas congeladas de muy bajo costo fueron enviadas desde China a una planta de empaque en nuestro país. Con esto, Frutti di Bosco las volvió a empacar pero las etiquetó como fruta chilena, orgánica y de alta calidad. Estas frutas fueron enviadas a Canadá. Se estima que, al menos, 12 millones de dólares en frambuesas fraudulentas se enviaron entre 2014 y 2016.
Pero esto no queda aquí, el 2017, el gobierno Canadiense vinculó frambuesas que venían de China, con un brote de norovirus que enfermó a más de 700 personas y por esto, dejaron de exportarlas, sin saber que también las supuestas bayas orgánicas de primera calidad de Chile, podían portar el virus, ya que en realidad compartían proveedor, que era Harbin Gaotai. Al menos hasta el 2018, las exportaciones de Frutti di Bosco seguían llegando a Canadá.
Para peor, aunque el 2019 el El propietario de Frutti di Bosco, César Ramírez, fue condenado por falsificar documentos de exportación, el gobierno chileno no notificó en ningún momento a Canadá de este hecho ilegal, incluso vinculando el brote del virus al mismo proveedor.
Juan Sutil y la fruta supuestamente contaminada
La denuncia llego a la aduana el 2016 por una carta de Fruticola Olmué, una de las principales plantas empacadoras de frutas del país, que justamente el año anterior había sido comprada por Juan Sutil.
Una auditoría interna reveló que la planta había realizado trabajos para Frutti di Bosco. Gracias a esto se descubrió que la planta de Fruticola Olmue también había reempacado 400 toneladas de fruta importada en bolsas de plástico etiquetadas como orgánicos chilenos.
Fruticola Olmue cortó lazos con Frutti di Bosco el 24 de octubre de 2016, el mismo día en que alertó a la Aduana del fraude.
