Tal como dijo la fiscal Ximena Chong en la formalización de Sebastián Zamora Soto, imputado por el homicidio frustrado del adolescente de iniciales A.J.A.A. que cayó al río Mapocho el viernes 2 de octubre, hay elementos del relato de Carabineros que «no cuadran». No por nada La Moneda monitorea con lupa lo sucedido. El fantasma de la investigación del asesinato de Camilo Catrillanca aún los tiene intranquilos y hoy ya no es una opción poner las manos al fuego por los funcionarios. Los testimonio se contradicen.
PUBLICIDAD
En el marco de las indagatorias realizadas por la Brigada de Homicidios de la PDI, el sábado 3 de octubre se tomó declaración a una estudiante de 19 años de iniciales G.Z.P.O. Ella habría constatado el momento exacto en que Zamora Soto comienza a perseguir al joven, deslizando que fue producto de la “ayuda” que este le prestó.
“Me encontraba sola en el inicio del Parque Forestal y observo que se comienza a acercar una línea de carabineros con escudo, desde los cuales sale una ‘paca’ que me da un golpe de puño en la boca, dejándome un poco aturdida, por lo que intenta golpearme nuevamente pero yo arranco. En ese momento comienza a lanzar lacrimógenas desde el zorrillo (…) Cuando la carabinera me intenta agredir, observé a un joven con una máscara tipo pasamontaña naranja que la empuja, y fue ahí cuando logré salir arrancando”, relató.
La joven, dijo, tomó contacto con dos amigos y se posicionaron al inicio del parque, “muy cerca del puente”. Desde ahí aseguró ver cómo todos los carabineros que avanzaron por el Forestal, “se abalanzaron contra el joven que portaba la máscara color naranjo”.
Según su relato, vio el momento exacto en que el funcionario “le agarra sus pies y lo lanza hacia el río”. Intentó alertar a los rescatistas, pero una funcionaria, indicó, le dio un golpe con el pie en la boca del estómago.
Testimonio contra versión del líder del escuadrón
De acuerdo con la declaración del teniente Bruno Murillo Verardi, a cargo del escuadrón de 38 uniformados que estaban haciendo el «copamiento» de Plaza Baquedano, uno de los carabineros «al intentar detener a un individuo, este se habría caído al río, no alcanzando a tomarlo». Tomó conocimiento del hecho, explicitó, tras la explicación que recibió de parte del teniente que lideraba la sección integrada por el mencionado efectivo, Eduardo Fernández Camiruaga.
¿El motivo del intento de detención? Desórdenes y agresión a los funcionarios. «A las 18 horas nos trasladamos a la intersección de Vicuña Mackenna con Providencia, donde fue lesionada la subteniente Camila Sánchez Morales, producto de una piedra de grandes magnitudes (…) Debido a la cantidad de objetos que nos lanzaban, nos replegamos a calle Ramón Carnicer», contó Murillo Verardi, agregando que efectuaron una «avanzada» al poniente, y luego otra que les permitió llegar a calle Pío Nono con Andrés Bello, donde minutos más tarde se registró el incidente. Considerando que las agresiones no cesaron, como aseveró, procedieron con el carro lanza agua, acto que tampoco surtió efectos, por lo que se «coordinaron para identificar a los agresores a fin de detenerlos». Eso sí, puntualizó, «no hubo detenidos».
PUBLICIDAD
En medio de esas tratativas, señaló, es cuando se entera de la caída del joven: «producto de la cantidad de gases, no me percaté de esa situación, por lo que solicité mayores antecedentes (…) Inmediatamente di cuenta al comandante Claudio Rosales Pacheco y a Central Gama». Según su versión, tras replegar a sus secciones «para evitar mayores agresiones», y calmado el ambiente, verificó si se había coordinado el rescate de AJAA con Bomberos, y se le dijo que sí.
Sin embargo, las imágenes hasta ahora aportadas en la causa, como relató la Fiscalía, no dan cuenta de tales procedimientos de aprehensión ni de agresiones que justificaran tal arremetida. Esto, pese a que Murillo Verardi y Fernández Camiruaga reconocieron portar cámaras corporales. Y según dijeron, las entregaron posterior al procedimiento. Zamora Soto no tenía. En su sección, el carabinero identificado por Cabrera Mendoza llevaba una, pero apagada.
El lío de las actas
Una vez que carabineros se retiraron del lugar, como da cuenta el testimonio ante la PDI de Brayan Burgos Rivas, compañero de sección de Zamora, se dirigieron a la 1º Comisaría de Santiago, donde dieron una primera declaración como testigos, junto al teniente Fernandez Camiruaga, a las 20.45 horas.
Esas tres primeras declaraciones, también contenidas en la carpeta, son prácticamente iguales y se limitan a relatar que, en medio del procedimiento, una persona cae al cause del río y que les fue imposible constatar su estado de salud, debido a que fueron atacados por manifestantes. Estando en la Comisaría, aseguró Burgos, se enteran de que la persona que había caído al río estaba en la clínica.
Pero eso tampoco calza con el resto de los datos. Dentro de los antecedentes que aportaron al Ministerio Público, Carabineros entregó un acta de la detención del joven A.J.A.A., indicando que había sido aprehendido por Fernández y Zamora y que se le comunicaron sus derechos a las 19.35, pese a que, a esa hora, como da cuenta la comparación de los documentos de la investigación, aún no se enteraban de que el joven estaban hospitalizado en la Clínica Santa María.
Por otra lado, como dan cuenta las transcripciones de los llamados que se efectuaron desde la 1º Comisaría de Santiago a la Fiscalía, a las 23.30 horas, el propio Zamora Soto indica que la detención la realizó el sargento segundo José Ibáñez Santander en la clínica a eso de las 20.40 horas. Nuevamente no coinciden las declaraciones.
Además, la carpeta incluye la declaración de la enfermera Leyla Muñoz Salinas, quien atendió al joven luego de que ingresara al recinto asistencial a las 20.10 horas. Da cuenta de que no hubo presencia policial en el ingreso del adolescente, ni durante la noche, contradiciendo, de nuevo, el relato que indicaba que este había quedado internado bajo custodia de dos efectivos.