El polémico final del partido en que Uruguay le ganó 2-1 a Chile, con un notorio penal no cobrado en favor de la «Roja» y un gol de los charrúas en los descuentos, pareció una vieja película repetida de los ochenta o noventa. Incluso, en ese contexto, muchos recordaron la desmedida relevancia que en esa época oscura de la dirigencia sudamericana tenían el paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo, considerados los «manejadores» del imperio futbolero de la Conmebol en Asunción.
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En todo caso, la prensa de Montevideo no pasó por alto la escandalosa omisión del juez paraguayo Aquino, y el prestigioso diario El País reconoció en una crónica que «la polémica se instaló en el Centenario porque una mano de Sebastián Coates en el área no fue sancionada con penal a pesar de ser revisada por el VAR. El zaguero movió su mano hacia atrás y los árbitros entendieron que no era pena máxima».
Asimismo, el medio escrito asumió que «la Celeste no jugó bien ante Chile en la segunda parte y estuvo a punto de resignar puntos como local. Maxi Gómez puso un gol salvador para el equipo de Tabárez que comenzó la Eliminatoria con el pie derecho. La primera en casa. Ahora se vendrá Ecuador en la altura de Quito el próximo martes.», enfatizó El País.