El estallido social primero y la pandemia después remecieron, casi hasta el derrumbe, los cimientos de la economía como la conocíamos hasta antes del 18 de octubre del 2019. Ambos hechos provocaron un movimiento en el mercado laboral y comercial que puso en jaque un sistema que concentraba fuerza en los grandes conglomerados y capitales.
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“La pandemia demostró que el funcionamiento de la economía que teníamos hace menos de un año estaba agotada”, asegura a Esfuerzo Pyme y Publimetro el profesor Yerko Cortés, de la cátedra de Economía Circular. Para el catedrático de la Universidad de Talca lo que se está instalando “es la igualdad de oportunidades entre lo que conocemos como grandes tiendas y los pequeños comercios y los emprendedores”.
Para el economista ya el modelo de las grandes tiendas, las que en su momento arrasaron con los pequeños negocios a principios de los 90, se acabó. “La pandemia aceleró un proceso que se estaba dando, pero de manera muy lenta”, continúa Cortés destacando que el gran democratizador del mercado fue el internet.
“Ahora todo se hace virtual. La pandemia aceleró la instalación de un modelo de negocios que los expertos calculaban para el 2025. Las grandes empresas esta situación los pilló en los primeros pasos de un modelo de negocios que los emprendedores ya manejaban y al no tener una gran estructura, pueden adaptarse más rápido a lo nuevo”, destaca.
Y también cambió el consumidor
Grandes empresas y emprendedores ahora compiten en una cancha pareja, internet. Y con este cambio otro participante en este juego cambió: el cliente. El hecho que el consumidor ya no va a la tienda, sino que le traen las cosas “produjo un empoderamiento aún mayor de las personas”.
¿Por qué este cambio de ir a buscar en producto a que se lo traigan cambió al consumidor?
Ahora valora otras cosas además de la calidad del producto: cuánto se demora en llegar y si este trayecto me va a costar algo. Y es aquí donde los emprendedores pueden marcar diferencia: al tener estructuras más adaptables, pueden ser más rápidos.
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Ahora conviene ser pequeño.
Las empresas grandes no estaban preparados para la avalancha de despachos. Esa estructura recién la estaban armando, no estaba preparada. Y esto ha creado además un shock a la lealtad de los clientes.
¿En qué sentido?
Al estar todos en internet. La gente está probando nuevas cosas y además buscando algo más en los productos que consume. Que los envases sean reciclables, que tengan un compromiso real con el medio ambiente y que su consumo lo diferencie.
Este remezón económico y aumento de la cesantía aumentó exponencialmente la cantidad de emprendedores, ¿hay espacio y oportunidad para todos?
Sean caído muchos paradigmas que nos decían una y otra vez que no había forma de cambiarlos, como el teletrabajo, que los emprendedores estaban perdidos antes los grandes. Y eso ya no es así. El chico puede competir de igual a igual y los grandes lo sabe. Por eso ahora incluso están invitados a emprendedores a ofrecer sus productos en sus tiendas, el famoso Marketplace.
¿Qué gana las tiendas con eso?
Los grandes prefieren tenerlos al lado que compitiendo por fuera. La nueva economía tenderá a ser colaborativa. Y si no lo entienden así las grandes tiendas chilenas, distribuidoras como Amazon y Marcado Libre se lo harán entender, porque ellos sí hacen este tipo de alianzas.
Oportunidades hay, es la economía de los “audaces” la que está imponiéndose…
La pandemia está abriendo muchas posibilidades. Si es una crisis la que vivimos, pero a la vez plantea la oportunidad de hacer nuevos negocios, tener nuevas ideas, buscar…