El gol en los descuentos de Maximiliano Gómez, que decretó el polémico triunfo de Uruguay sobre Chile, dejó una acción innecesaria, por decirlo de un modo respetuoso, de Luis Suárez.
PUBLICIDAD
El delantero, que prácticamente fue anulado por Francisco Sierralta durante todo el partido, le gritó el tanto en la cara al defensa del Watford.
Ambos habían tenido un par de encontrones durante el duelo, debido a la férrea marca del zaguero chileno y a la constante búsqueda de que le cobraran faltas a favor del atacante «charrúa».
Al momento de la anotación para el 2-1 final, el «Pistolero», quien se dirigía a celebrar con sus compañeros, cambió de dirección, flexionó sus piernas y le refregó la conversión al defensor surgido de Universidad Católica, quien estaba en el piso.