La actriz Jane Fonda (82) es toda una activista sobre el cambio climático y gracias además a su participación en la serie de Netflix «Grace y Frankie», ha estado expuesta en los medios de comunicación.
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Es por eso que su ocupada agenda ha provocado que dos de sus antiguas pasiones queden relegadas: las compras y el sexo.
Su decisión de renunciar a la primera de estas dos actividades se debe a una cuestión de ética y sostenibilidad, ya que cuenta con ropa suficiente en su armario para seguir vistiéndose en su día a día. La segunda, se debe a una cuestión de tiempo, edad y falta de apetito sexual.
«No tengo tiempo. Además, soy demasiado vieja y ya he practicado suficiente. Ahora mismo no lo necesito, porque estoy demasiado ocupada», confesó en el programa ‘The Ellen Show’.
«Mi exmarido favorito, Ted Turner, siempre decía: ‘Si esperas demasiado, vuelve a creer’, y creo que tenía razón. No podría volver a mantener relaciones sexuales ni aunque quisiera».