Este viernes, el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand envió a los embajadores chilenos en el extranjero un documento titulado «A un año del 18-O: El camino democrático e institucional de Chile», compartiendo un mensaje que busca establecer una postura común respecto a la actual situación del país tras el estallido social de hace un año atrás.
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El documento publicado por 24 Horas consta de 10 páginas y el canciller chileno señala que «hace un año, en octubre de 2019, Chile vivió un estallido social. Tal estallido mezcló dos elementos: inusitada y desconocida violencia, cuya más clara expresión fue la destrucción de varias estaciones y carros del Metro en Santiago y manifestaciones de protesta pacíficas, que en algunos casos fueron multitudinarias».
Luego, el canciller expresa que «el estallido evolucionó hacia una crisis política, que se encauzó a través de un acuerdo, a requerimiento del Presidente de la República, Sebastián Piñera, alcanzado por todas las fuerzas políticas -con la sola excepción del Partido Comunista- para convocar a un plebiscito y redactar una nueva Constitución”.
Según el documento compartido por el canciller Allamand, «a un año del estallido, Chile ha recuperado su normalidad -aunque deberá seguir trabajando para controlar, con estricto apego a la ley, a grupos violentistas- y se apresta a enfrentar sus próximos desafíos”. Dentro de esos, menciona que se debe “avanzar hacia una democracia más fuerte, caracterizada por una alta participación ciudadana y el respeto a sus instituciones. Promover una sociedad más integrada, con plena incorporación de sus sectores más vulnerables y pueblos originarios. Impulsar una economía más inclusiva, con menores desigualdades y mayor equidad en las oportunidades».
El canciller chileno y el Plebiscito del 25 de octubre
El secretario de Estado además destaca que «durante los últimos 30 años Chile ha logrado una bien ganada reputación en el mundo por su trayectoria de progreso basada en la energía de su democracia, la resiliencia de su gente, el cumplimiento de sus compromisos, la seriedad de sus políticas públicas, la solidez de sus instituciones y el respeto al estado de derecho. Todos esos factores están presentes en el Chile de hoy y son la base de su proyección al futuro”.
Asimismo, el jefe de la cancillería menciona la opción de que el resultado del Plebiscito del 25 de octubre entregue la posibilidad de «redactar una nueva Constitución». De otro modo, sostiene que «el cambio constitucional deberá tener lugar en el Congreso Nacional. En todo caso: la Convención no podrá invadir, como ha ocurrido en otros países de la región, las competencias de otros poderes del Estado. La Convención deberá adoptar sus acuerdos por 2/3 de sus miembros lo que obliga a alcanzar entendimientos de amplia mayoría. La Convención deberá respetar los tratados internacionales adoptados por Chile, incluyendo derechos humanos y aspectos económicos, tales como el resguardo a las inversiones extranjeras. Al mismo tiempo, durante el 2021 se elegirán autoridades en todos los niveles: gobiernos locales, regionales y nacionales. La elección presidencial está prevista para noviembre y el eventual ballotage para diciembre. El desafío de Chile es encauzar su proceso político en un ambiente de normalidad y paz social».