No quiere hablar mucho de contingencia, pues le disgusta que lo ataquen por las redes sociales. Pero José Maza, el «profesor Maza», no puede dejar de dar su parecer sobre el país, aunque advierte que está «tranquilo, encerrado en mi casa desde hace siete meses, y no quiero criticar».
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«Un problema que veo en Chile es la falta de credibilidad de las autoridades. Por eso necesitamos un poco de sobriedad y bajar el tono para superar esta crisis de confianza, que cuando no haya pandemia va a seguir», dice el conocido astrónomo de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Astrofísica CATA, quien está cuidándose de la pandemia de coronavirus en su hogar, con su esposa, desde marzo.
-¿Qué le gustaría para lo que viene en el país?
-Aprendí hace tiempo que es mejor para uno hacer lo que se puede y dejar de decirle al resto lo que debería hacer.
-¿Cómo se hace eso?
-Hay que terminar de echarle la culpa al resto, de reclamar, de criticar y de buscarle la quinta pata al gato. Es mejor conversar con sentido común para repensar el Chile del siglo XXI y centrarnos en, por ejemplo, cómo nos ordenamos y se invierte en educación pública de calidad para ir agarrando vuelo en las décadas que vienen. Y en eso, todos podemos aportar.
«NO IRÉ A VER EL ECLIPSE DE DICIEMBRE EN LA ARAUCANÍA»
-En su plano de trabajo, viene el 14 de diciembre el eclipse total de Sol en La Araucanía…
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-Lo malo es que esta situación sanitaria mató el 80% ó 90% de lo que este eclipse pudo ser. Muchos extranjeros que iban a venir no lo harán, y los chilenos tampoco irán, por susto.
-¿Cómo lo abordará?
-Me han invitado mucho a ir y hasta hace poco tenía la ilusión de ir en mi auto, pero ya no. No iré y ni siquiera me atrevo a recomendar que alguien vaya a verlo. Es una pena, pues al eclipse del año pasado en La Serena llegaron 300 mil personas, lo que muestra lo que se perderá en el sur.
-El covid-19 todo lo echó a perder…
-Hay muchos factores para considerar y además algo como esto no ocurría hace cien años. Pero es necesario contar con una sola voz y no tantas como se han escuchado. Muchas opiniones confunden a la población, que termina por no creer lo que escucha.
-¿Qué le parece el manejo oficial de la pandemia…
-No dudo de que el ministro Jaime Mañalich trabajó mucho, como el ministro Enrique Paris ahora. Pero en vez de bajar la pandemia, el Gobierno está negociando que se mantenga constante para ir abriendo el país.
-¿Cómo se siente con esta vida online y a distancia?
—Es un cambio que no imaginé, y tiene sus bemoles. Echo de menos el contacto directo con los alumnos y las charlas presenciales, pero al mismo tiempo me doy cuenta de que por la web más gente accede a lo que digo. En el estadio de La Serena di el año pasado una charla para diez mil 200 personas y eso me dejo muy orgulloso. Pero en una charla online de agosto hubo 45 mil conectados. Tremendo. Es un mundo que me está empezando a gustar por su masividad y porque se puede ver siempre. Trabajo fuerte como siempre: doy clases, hago charlas y sigo escribiendo. Me amoldo a esta nueva manera de vida.
«EL PRESUPUESTO PARA CIENCIA ES MINÚSCULO»
José Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas el año 1999, no puede ocultar su molestia cuando aborda el tema de la suspensión de las convocatorias para las Becas Chile 2021, que financian estudios de especialización en el extranjero que los beneficiados retribuyen trabajando en el país al regreso.
«Eso es increíble, más aún considerando lo que la pandemia ha demostrado: que la ciencia es fundamental en una sociedad moderna. Tener especialistas propios en biología para hacer vacunas, por ejemplo, es muy importante. Y justo quitan las Becas Chile que estaban destinadas a muchachos inteligentes que llevan cinco años preparándose para ir a hacer el doctorado afuera. Se perderá el esfuerzo y el potencial de esas personas, que terminarán trabajando en otra cosa».
-¿Asoma tal decisión como un reflejo del valor que el país le da a la ciencia?
-Por supuesto. El presupuesto que Chile destina a la ciencia y a la tecnología es minúsculo, apenas el 0,35% del Producto Interno Bruto (PIB). Por ello cortar esos fondos es una mezquindad y no tener claras las prioridades. Mejor que rebajen en otros lados en los que sí pueden hacerlo y se justifica hacer un gasto menor.
-Así es imposible crecer…
-Los países que se desarrollan invierten el 4% de su PIB en ciencia y tecnología, más de diez veces que nosotros. Y si tanto nos gusta compararnos con la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), hay que recalcar que somos el último país de esa asociación en tal aspecto, y más encima quitamos fondos.