Etiopía denunció hoy «las amenazas beligerantes» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien especula con la posibilidad de que Egipto «haga estallar» la represa que Etiopía está construyendo en el Nilo Azul y que ha sido origen de tensión entre los dos países africanos.
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«Aún abundan las declaraciones ocasionales de amenazas beligerantes de que Etiopía sucumba a términos injustos. Estas amenazas y afrentas a la soberanía etíope son violaciones equivocadas, improductivas y claras del derecho internacional», ha hecho saber el Gobierno en un comunicado.
La nota no menciona a Trump pero ha sido publicada después de que el mandatario acusara al país africano de romper un acuerdo para resolver la disputa. «No puedo culpar a Egipto por estar molesto. Y es una situación muy peligrosa porque Egipto no puede vivir de esta manera. Van a terminar haciendo estallar esa presa», especuló Trump.
Los gobiernos de Egipto, Etiopía y Sudán alcanzaron el 31 de enero un principio de acuerdo sobre los principales puntos de disputa en torno a la construcción de la presa y se comprometieron a firmar el documento final a finales de febrero, si bien Adís Abeba abandonó posteriormente las conversaciones antes de firmar el acuerdo, algo que sólo hizo El Cairo.
Así, las partes habían pactado un calendario para el plan de llenado de la conocida como Presa del Gran Renacimiento, un mecanismo de mitigación para el mismo durante los periodos de sequía y otro mecanismo de mitigación para las operaciones durante épocas de sequía.
Las amenazas de Trump
El pacto incluía un mecanismo para las operaciones anuales y a largo plazo de la presa en condiciones hidrológicas normales, un mecanismo de coordinación y cláusulas para la resolución de disputas y la puesta en común de información.
Posteriormente, los tres países coincidieron el 26 de junio en evitar cualquier acción «unilateral» sobre la presa, incluido el llenado de su embalse, hasta que no haya un acuerdo «vinculante» entre los tres, si bien Etiopía anunció en julio el inicio del proceso de llenado.
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Etiopía, que está financiando en solitario el proyecto y espera convertirse en el mayor generador y exportador de electricidad del continente, rechaza estas acusaciones. Sudán, por su parte, apoya la presa, ya que regulará los flujos y suministrará electricidad y regadío.
Las obras están siendo llevadas a cabo en la región de Benishangul-Gumaz y, una vez finalizadas, la presa será la más grande del continente con 1.800 metros de largo, 155 metros de alto y un volumen total de 10,4 millones de metros cúbicos, según recoge la empresa Salini Impreglio en su página web.