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Asociación de colegios y jardines infantiles privados plantea “compleja situación actual” de la enseñanza particular tras la pandemia

“Se sabe de la deserción que hemos sufrido y que son alumnos que por lo menos el año 2021 no volverán”, plantean los integrantes de la agrupación frente a la difícil coyuntura educacional.

Publimetro

Ante las inquietudes y necesidades de la educación luego de la pandemia, un grupo de colegios y jardines infantiles particulares crearon una organización para abordar los temas programáticos y problemas prácticos que aquejan a ese sector de la enseñanza en nuestro país. Así nació  la Asociación Gremial de Colegios y Jardines Infantiles Particulares, con una invitación a que todos los colegios participen y se integren a una propuesta conjunta para los establecimientos de la educación particular.

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Según la agrupación, cada país ha intentado resolver de la mejor manera la dicotomía del contagio versus aprendizaje y Chile no ha sido la excepción.

«Desde mediados de marzo no se ha podido desarrollar la actividad de la manera en que la conocíamos. Eso ha modificado varios aspectos, desde las naturales reflexiones sobre el fin último de la educación, hasta la real y dura situación de las finanzas escolares, considerando que la educación chilena tiene tres soportes fundamentales en la educación pública, la subvencionada y la particular», plantea la GIEP.

“La problemática actual de los colegios particulares pagados es compleja. Se sabe de la deserción que hemos tenido y que son alumnos que, por lo menos, el año 2021 no volverán. Al empezar la pandemia con el  cierre de colegios hubo que implementar rápido un sistema a distancia y entrenar a los profesores, que no han escatimado esfuerzos para salir adelante y hacer una gran labor. La implementación significa un costo alto para los colegios. Agregamos  el incumplimiento de los apoderados en el pago de la colegiatura, aludiendo que no se les está dando el servicio contratado, lo cual no es real: las clases las suspendió la autoridad sin tener alternativas ante la  situación que vivimos. Ha sido un año difícil e incomprendido por la autoridad frente a la crisis que viven en estos momentos los colegios particulares pagados”, explica José Miguel Oportus, del Saint Rose School Ñuñoa.

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«Para innovar se necesitan recursos que han mermado en esta pandemia»

“Siempre nos hemos puesto grandes exigencias para nuestro trabajo y la pandemia nos desafió  a buscar nuevas formas para lograrlo. Ha sido un trabajo arduo en lo pedagógico y tecnológico para lograr aprendizajes, así como en lo formativo para acompañar a los alumnos y sus familias que, como todos, no lo han pasado bien. Ha significado hacer más comunidad que nunca, familia, colegios y colaboradores. Los problemas económicos son lo más relevante y restrictivo en  este caminar, porque para innovar se necesitan recursos, los ques han significativamente debido a que las familias  tienen dificultades laborales. Hemos intentado dar todo el apoyo que nos es posible, endeudando al colegio a su vez en estas decisiones, pero movidos por la formación de los alumnos que optan por nuestro proyecto”, sostiene Karina Bottinelli Thomassen, del Colegio Santa Elena.

“Este trágico acontecer sanitario ha lesionado el alma de la humanidad y nos obliga a todos como sociedad a revalorar la educación, la vida y el por qué de las cosas. En nuestro proyecto educativo, las familias han tenido que enfrentar muchas dificultades junto a sus hijos, igual que profesores y todo el equipo de la escuela. Loss padres y apoderados, igual que sus hijos, nuestros cadetes, tienen un sentimiento alto del cumplimiento del deber y los compromisos. Por eso también nos buscan para educar  a sus hijos, ya que les enseñan que en la adversidad  hay que hacer mayores esfuerzos y sacrificios y que en la vida todo cuesta. No es tiempo de lamentos, ya que la fuerza de los hechos los produce a diario: hoy es tiempo de fe, esperanza y mucho trabajo unidos para salir adelante», plantea  Osvaldo Talamilla Lobe, del Premilitar Santiago Bueras de Maipú.

 

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