Un metro en altura, tal como la Línea 4 y 5 en Santiago, chocó contra la barrera del final de la vía en Róterdam, Holanda, pero en lugar de precipitarse 10 metros al suelo desde un muelle, se posó delicadamente sobre una escultura de una cola de ballena.
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El conductor salió conmocionado pero ileso y no había pasajeros a bordo. La estatua, titulada casualmente «Salvada por el cuento de una ballena», no se había erigido con intenciones de salvar un tren.
«Por supuesto que parece bastante poético», opinó el artista y arquitecto Maarten Struijs, según declaraciones citadas por el periódico Algemeen Dagblad. «Pero es una suerte que la cola pudiera soportar el peso del tren», agregó.
El convoy suspendido podía ser visto por los transeúntes en las calles que pasaban debajo. Pese a los llamados en las redes sociales de dejarlo de forma permanente adosado a la obra de arte, el metro de Róterdam y funcionarios locales dijeron que no sería seguro.
Ingenieros estaban estudiando cómo el vagón del tranvía y varios otros descarrilados detrás de él se podían remover de forma segura.