Buscando nuevas oportunidades y atendiendo una necesidad que no estaba del todo cubierta en la Quinta Región, como es la distribución de productos congelados con cadena de frío de primer nivel, Diego Stephens inició su emprendimiento. Se compró un furgón, lo adaptó como frigorífico móvil y bautizó su empresa como Logicold (www.logicold).
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Empezó en septiembre de este año y al mes se vio en la obligación de cotizar un nuevo vehículo. Todo dada la gran cantidad de clientes que ha logrado captar en todos los rincones de la región de Valparaíso, que van desde vendedores de mariscos, hasta comida casera congelada de mascotas.
Diego cuenta Esfuerzo Pyme y Publimetro que entró en el rubro sin tener idea de los congelados, pero sí muchas ganas de emprender y hacerlo de manera muy profesional. «Mi hermano menor estudió cocina. Llegó de Barcelona el año pasado. Le tocó el estallido social, la pandemia y se le hizo difícil encontrar trabajo. Le dije que hiciera preparaciones para vender delivery. Empezó a vender pastas congeladas. Le iba muy bien, pero estaba el problema de entregar estos productos con la cadena de frío correspondiente. Fue ahí que se nos ocurrió comprar un furgón e iniciar este emprendimiento que, además de ofrecerle este servicio a él, lo hiciera a otros emprendimientos con la misma necesidad».
El primer vehículo, recuerda Diego, «lo sacamos con el leasing del banco. Lo llevamos a un taller en Santiago y le instalamos un equipo de frío, que llega a -20 grados en menos de 5 minutos. Nos salió bastante caro, pero valió la pena. Cuando empecé, yo manejaba el furgón y hacía la ruta completa todo el día. Con el tiempo y la llegada de más clientes, tuvimos que contratar a un chofer».
¿Cuál es el secreto para crecer tanto en poco tiempo?
Trabajar harto. Al principio todo lo hace uno: la logística, facturación, hasta la mantención del vehículo. Hay que tener harta energía y constancia, y siempre dar un buen servicio.
Pero igual tuvieron buen ojo para captar una necesidad que estaba ahí, a la vista de todos…
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Las claves para emprender son que, primero, siempre hay una necesidad que hay que cubrir y ahí hay una oportunidad. Hay que estar atentos viendo qué pasa, que oportunidad hay y constancia.
¿Te costó mucho meterte en este rubro, que era desconocido para ti?
Averigüé de los congelados, pregunté a gente que sabía. Lo bueno es que de logística sí tengo conocimiento, porque fui agente de aduana durante ocho años y, aparte, tenía una empresa de logística.
¿Con qué dificultades te topaste al inicio de tu proyecto?
Con el tema de los retiros. Mis clientes son pymes y abren a partir de las 10, 11 de la mañana y yo los retiros los hago antes, a las 8.30. Eso fue un problema. De hecho, hasta el día de hoy hay varios que quieren el servicio, pero no se los puedo entregar porque no puedo hacer el retiro más tarde que a esa hora para poder cumplir bien. Pero de esa dificultad ideamos otra cosa: el almacenaje.
Sobre la misma necesidad, viste otra oportunidad…
Así es. Tenemos un centro de distribución. Entonces, ahora podemos retirar los productos el día antes, los almacenamos con cadena de frío y al día siguiente los repartimos, directo desde nuestro centro de distribución.
¿Cómo lo haces para captar clientes?
Por redes sociales, mail y presencial, que es una de las mejores. Yo personalmente paso por los locales y les dejo un folleto. De todos los que visito, me contacta alrededor del 20 por ciento.