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Crisis de Perú: los jóvenes toman la bandera de las protestas tras la destitución de Vizcarra

Las manifestaciones en Perú tienen a los jóvenes como protagonistas de una reacción impulsada a través de las redes sociales.

AP (Rodrigo Abd/AP)

La universitaria Yessenia Medina no podía concentrarse en sus clases virtuales por pensar en la actual crisis de Perú.

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Antes del lunes pasado nunca se había indignado por un asunto político, pero entonces se enteró por Facebook que el Congreso destituyó al presidente Martin Vizcarra y por la noche quiso salir a protestar a la plaza más importante de la capital.

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Sin embargo, por la distancia que separa a su casa del sitio de la protesta tuvo que esperar hasta el jueves para unirse junto a su madre a varios miles de ciudadanos del Perú en una de las marchas más concurridas de los últimos 20 años.

“Lo destituyeron por sus intereses propios más que por los del pueblo”, dijo Yessenia, de 23 años, a The Associated Press mientras escribía con plumón rojo sobre una cartulina. “No nos van a callar, hijos de puta. El Perú despertó”, agregó la estudiante de Psicología de la Universidad Peruana Ciencias Aplicadas.

Desde el lunes, cuando el presidente Martín Vizcarra fue destituido, los jóvenes de Perú, usualmente apáticos con la política, realizan protestas diarias en todo el territorio contra el gobierno del nuevo mandatario Manuel Merino, quien se ha convertido en uno de los políticos más impopulares del país, tras haber orquestado la destitución de Vizcarra cuando era presidente del Parlamento.

Vizcarra fue acusado sin pruebas concluyentes de recibir más de 630.000 dólares en coimas hace seis años, cuando era gobernador regional. Aunque muchos habitantes de Perú que debe ser investigado y eventualmente sancionado, opinan que se le debió permitir concluir su mandato hasta julio de 2021.

En contraste, no todos piensan que Vizcarra es un paladín en la lucha anticorrupción. Merino lo comparó con un “ladrón” y en una entrevista el jueves a la colombiana W Radio dijo que la destitución fue un “acto de responsabilidad absoluta”.

Los jóvenes lideran la revuelta de Perú

“Es como decir tengo al ladrón en casa y dejémoslo que termine para después apresarlo”, indicó.

A su vez, un grupo de medio centenar de abogados, políticos conservadores y militares retirados emitió tras la destitución una carta abierta en la que saludó al nuevo mandatario y rechazó que califiquen la vacancia como un “golpe de Estado”. También envió un mensaje a la comunidad internacional informando que “el sistema constitucional” peruano “ha funcionado y ha fortalecido nuestra democracia”.

La policía de Perú ha reprimido con dureza las protestas de quienes sí rechazan la salida de Vizcarra arrojando gases lacrimógenos, perdigones y varazos. Algunos manifestantes han respondido arrojando piedras y apuntando a los agentes con punteros laser color verde, como en las manifestaciones recientes en Chile y Hong Kong.

Las marchas son las primeras en ocurrir tras una atenuación de las infecciones por el nuevo coronavirus. Los contagios convirtieron a Perú en uno de los países con los mayores números de muertes per cápita del mundo y han sumido a la economía en una recesión con una proyección de pérdida en 2020 de 14 puntos del Producto Interno Bruto, según el Fondo Monetario Internacional.

Miles de jóvenes con mascarillas y algunos con protectores faciales se lanzaron a las calles y gritaban “¡Merino, escucha, el pueblo te repudia!”, cargaban bocinas y levantaban carteles con frases como “Merino te metiste con la generación equivocada”.

Una de las peruanas que portaba un cartel con ese mensaje era Lizbeth Obregón, estudiante de administración bancaria de 22 años, quien dijo que no marcha por Vizcarra, sino por “la independencia de poderes” y que le preocupa que Merino “dirija con sus amigos” no sólo la presidencia, sino también el Congreso.

Lizbeth dice que lloró cuando vio por la televisión —en la sala familiar— cómo Merino dirigió el proceso de destitución de Vizcarra. “Mi papá me decía que siempre ha sido así, que el país está tomado por las ratas, pero yo creo que somos una generación que no tiene miedo”.

A diferencia de Yessenia, Lizbeth vive a pocas cuadras del centro histórico de la capital, en una zona colonial llamada Barrios Altos, por lo que protesta desde el lunes.

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