El economista David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, dio su apellido a la Comisión que en septiembre de 2015 entregó recomendaciones al segundo gobierno de Michelle Bachelet para llevar a cabo una reforma del sistema de pensiones.
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Más de cinco años después, Bravo fue una de las voces que reclamó por el primer retiro del 10% de las AFP. Y ahora mira con gran preocupación el segundo rescate.
«Desde que evacuamos el estudio urgí para que fuera enviada la reforma al Congreso, pero el tema se estancó. Revivió a mediados de 2016 con la gran marcha del movimiento No+AFP, y la Presidenta lo mandó al final de su mandato, un saludo a la bandera. Hoy pagamos la cuenta por no hacer antes los cambios», dice el especialista.
«Los parlamentarios aseguraron menores pensiones en el futuro y también menores pensiones en el presente. Un ejemplo de lo segundo: como se les permitió sacar dinero a actuales pensionados con retiro programado, 480 mil de ellos lo hicieron en un promedio del 30% de su saldo. Y cuando les recalculen su pensión, como todos los años, caerá en un 30%. Eso es solo con el primer retiro. Y algunos ya hablan hasta de un tercero retiro».
Para el profesional, «no hay que minimizar esta grave situación. Con el primer retiro quedaron en cero las cuentas de dos millones de personas, y con el segundo se sumarían otras dos millones. Y los cotizantes son cerca de doce millones. Entre ambos rescates saldrían 32 mil millones de dólares del sistema, y cada año el Estado invierte 40 mil millones en todos los servicios sociales. Por eso una posible reposición estatal de esos fondos es imposible, los números no dan».
El economista agrega que «lo que se está haciendo es muy irresponsable, es la antirreforma de las pensiones. Ahora con suerte si hay reforma será para volver a la mala situación actual. Las consecuencias de esta medida popular pero negativa se sentirán por décadas. Sólo se ve el presente y no el futuro, lo contrario a lo que debe hacer la seguridad social. Nunca se debió seguir este camino».
Bravo recalca que «los congresistas, a quienes no les podremos pedir cuentas cuando la gente jubile peor que ahora, han buscado el aplauso fácil con algo popular, pero muy perjudicial. Y si alguno de ellos quiere terminar con el actual sistema e imponer uno de reparto, que se sabe no es viable, es poco inteligente ir vaciando los ahorros que hay en las AFP«.
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LOS CÁLCULOS DE HACIENDA
El viernes de la semana pasada, cuando el proyecto del segundo retiro fue visto por primera vez en la Comisión de Constitución del Senado, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones sumó más reparos y números a los que ya ha manifestado sobre el rescate: «Este nuevo proyecto implicaría un efecto acumulado junto con el primero de merma en pensiones del 23%. Genera un impacto muy significativo en las pensiones promedio, que no vamos a ver en los próximos meses ni el año que viene, pero que sin duda vamos a lamentar en años futuros», dijo Briones.
La Comisión debe volver a reunirse esta semana para tratar el tema, pero los votos para aprobar el 10% ya están. Sólo queda por dilucidar si habrá restricciones para las rentas más altas.
Bravo dice respecto de las estimaciones de Hacienda de que en el futuro se perderá un promedio de 23% en las pensiones, que «eso reafirma lo que he mencionado en cuanto a que el mecanismo usado por los congresistas para concretar el retiro es irresponsable por la magnitud de costos fiscales involucrados a través de un subterfugio, saltándose al Ejecutivo. Sobre la merma en pensiones estimada, se reporta un promedio. Y sería importante que la Superintendencia de Pensiones diera información detallada para toda la distribución de afiliados, no solo del promedio, distinguiendo la caída en la pensión autofinanciada proyectada, así como la compensación que tendrá que hacerse por medio del Pilar Solidario«.
