Considerando que son pocas las ocasiones en que el TC se ha pronunciado respecto de reformas a la Constitución, como expuso el abogado exintegrante del Tribunal Constitucional Enrique Navarro, para el también abogado constitucionalista Tomás Jordán la resolución que adopte el organismo en esta oportunidad podría sentar precedente. No por nada desde ambas corporaciones aseguraron que defenderan su constitucionalidad. “Podría fijar un nuevo criterio”, advierte Jordán.
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“El Congreso tiene plena autonomía para presentar reformas constitucionales (…) En una sentencia del año 73, se dijo expresamente que el Tribunal sólo podía pronunciarse sobre aspectos formales, pero no sobre el fondo”, dice y agrega que el fondo radica en un problema político y no jurídico.
Plantea que “es muy discutible que el TC le diga al Congreso de qué debe tratar una reforma Constitución, cuando es mandatado por la misma para reformarla. Eso convertiría al Tribunal en el reformador último de la Carta Magna”.
Eso sería especialmente “delicado” dado el proceso constituyente en marcha. Ante una reforma, para Jordán, correspondía que el Presidente hiciera valer sus potestades, presentando indicaciones o vetos, “porque en el futuro, a cualquier convencional se le podría aplicar la misma tesis”.