home

Expertos ven “poco prudente” relajar medidas contra el coronavirus para fiestas de fin de año

Contagiados, velocidad de transmisión, casos activos y carga del covid-19 han aumentado en las últimas dos semanas. Una segunda ola tan fuerte como la de Europa se augura en el corto plazo, impulsada por la mayor movilidad de las personas.

Hace algunos días se filtró un documento del Minsal que daba cuenta de los escenarios en los que el Gobierno se ponía para mediados de enero de cara a la pandemia de coronavirus: uno «benigno» con tres mil casos diarios; uno «intermedio», con seis mil, y uno «catastrófico», con nueve mil.

El propio ministro de Salud, el doctor Enrique Paris, reconoció que se pusieron en esos planos por petición del Presidente Sebastián Piñera.

Considerando que en el  último tiempo han crecido la cantidad de contagiados, el factor R de progación del virus, los casos activos y la carga de enfermedad, el panorama no se ve bien. Y ello lo remarcó el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez.

«Al mirar los distintos indicadores en comparación con la última semana de noviembre, los casos han aumentado en cerca de un 8%. El R, que es superior a 1, lo ha hecho en más de un 10%. Con los  casos activos llegamos al orden de los 10.800 y había 9.500, por lo que eso aumentó en un 14% en apenas dos semanas. Y la carga de enfermedad subió de 7,6 a 8,6 por cien mil», resumió el académico.

«Eso indica que el nivel de contagio es alto, con lo que en la práctica la enfermedad no sólo se está reproduciendo, sino que además está creciendo. Todo el país se encuentra en una situación compleja, especialmente de Coquimbo al sur. Desde el punto de vista de los números, el segundo brote ya se inició y es muy posible que estemos entre los escenarios intermedio y catastrófico que el Gobierno ha anunciado», dijo el profesor.

Sánchez sostuvo que «este escenario debería empezar a producirse entre la tercera y  cuarta semana de diciembre, con  peak el 14 o 15 de enero. Por eso pienso que todas las previsiones tomadas, como pasar a la Región Metropolitana entera a la fase 2, tendrán que ser mantenidas. Relajarse para las fiestas de fin de año sería poco prudente».

El representante de la UNAB puntualizó que «hay que considerar la reacción de las personas a las medidas, pues en muchas partes, como ahora con el eclipse, antes con el último feriado y hasta el momento debido a las compras de esta época, se han movido como si nada pasara. En resumen, la enfermedad va como avión y veo malo lo que viene».

Por su parte, Josefina Aubert, Magíster en Salud Pública y académica de la Universidad San Sebastián, puntualizó que «lo más probable es que vivamos lo mismo que está ocurriendo en Europa, donde las segundas olas han sido mucho mayores en términos de número de contagios que lo que se vio en los primeros meses de esta pandemia. Más de dos mil contagios diarios, como los informados el último domingo, ya habla de un mal pronóstico, por lo que será necesario fortalecer aún más las medidas que tome el Gobierno. Se debe aumentar el testeo, ya que la positividad ha ido en aumento. Además, hay que mejorar el aislamiento y la trazabilidad de los casos, para contener el brote y evitar el colapso del sistema de salud».

Sobre las medidas tomadas en la Región Metropolitana para frenar el contagio, la profesora dijo que «era necesario tomarlas de forma urgente, pues en los últimos días ya se estaba observando un crecimiento muy importante de los casos. Pero dudo de que la restricción de cuarentena solo los fines de semana sea suficiente para contener el número de contagios. En la semana, la gente sigue trasladándose entre comunas en un trasporte público lleno o comprando en los malls. El gran problema de declarar una cuarentena total es que aún no tenemos las condiciones para que las personas se queden en casa, inconveniente que se ha mantenido durante toda la pandemia y que hace muy difícil tomar esa drástica medida».

Finalmente, la salubrista indcó que «el mensaje desde la autoridad a la gente ha sido confuso. Por una parte, se abren las fronteras, malls, cines y gimnasios, lo que generó una sensación de seguridad en la población. Esto, sumado a la fatiga pandémica, hace muy probable que la población disminuyera las medidas de prevención, principalmente relacionadas al contacto con otros. Y luego, a las pocas semanas, se habla de un panorama de contagios muy complejo. Esta ambivalencia produce confusión y falta de confianza en la gente».

 

Tags

Lo Último


Te recomendamos