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Así es la experiencia de ser un “conejillo de indias” en los ensayos de vacunas contra el coronavirus

Conozca los testimonios de dos chilenos que con espíritu altruista y obviando el natural miedo a lo desconocido ya recibieron la primera de dos dosis en pruebas de inmunizaciones.

Agencia Aton/Marcelo Hernández

Cientos de chilenos se han convertido en voluntarios en los cuatro ensayos clínicos que se desarrollan en el país con vacunas contra el covid-19.

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Fue la inmunización de Janssen, perteciente a Johnson & Johnson de Estados Unidos, la primera en iniciar esas labores en nuestro país, el jueves 29 de octubre. Y hasta ahora la han recibido alrededor de mil 200 personas . Este ensayo fue el que comenzó primero, el jueves 29 de octubre, bajo la guía de la Universidad de Chile.

La vacuna del laboratorio chino Sinovac dio el vamos al ensayo el viernes 27 de noviembre, y acumula más de 150  inoculados,en una tarea que lleva a cabo la Universidad Católica.

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La vacuna británica de OxfordAstraZeneca partió el miércoles 2 de diciembre con sus labiores, y suma mil vacunados en una tarea conjunta entre la Universidad de Chile y la Clínica Las Condes.

Y ese mismo día empezó a usarse en Chile la del consocio chino-canadiense CanSino, que ya tiene a 200 voluntarios inoculados por parte de la Universidad de La Frontera.

Pero más allá de esos datos y fríos números hay personas que de manera altruista dieron un verdadero salto al vacío para convertirse en «conejillos de indias», obviando el lógico miedo a lo desconocido.

Alejandra Muñoz.

Una de ellas es Alejandra Muñoz, periodista del Ministerio de Educación, quien participa de los ensayos de Oxford-AstraZeneca.

«Soy relativamente sana, y desde que partió la pandemia y la búsqueda de vacunas quise participar en alguno de los estudios. Hace como un mes, el rector (Ennio) Vivaldi (de la Universidad de Chile) dio en un tweet el correo donde uno se podía ofrecer. Escribí, me llamaron y el martes 15 de diciembre me fui a vacunar al Hospital Calvo Mackenna, en un proceso de tres horas. Me hicieron varios exámenes y también llené un largo formulario en el que te preguntan, entre otras cosas, si tienes enfermedades y qué remedios tomas. Firmé un consentimiento y luego de ese proceso me vacunaron. La segunda dosis será el 12 de enero, y hasta ahora me he sentido bien, salvo un pequeño dolor en la zona de punción, pero uno nunca sabe si te dan la vacuna real o un placebo. Sé muy bien que en el peor de los casos, mi participación servirá para desarrollar una buena vacuna. Y en el mejor, ya estoy lista para hacerle frente a esta enfermedad».

 

Sebastián Esnaola.

Otro periodista, Sebastián Esnaola, de Cooperativa y ESPN, empezó antes su proceso como voluntario, también con Oxford-AstraZeneca.

«Mientras decidía si era voluntario o no, me hice asesorar por varios médicos con los que interactúo en la radio. Estaba tranquilo y decidido, pero cuando me llamaron me dio algo de susto, que es algo natural ante lo desconocido. Sin embargo, seguí. Me citaron a las instalaciones de Medicina Norte de la Universidad de Chile y el proceso de exámenes, admistrativo y la propia inoculación duró cerca de tres horas. La primera dosis la recibí el 7 de diciembre. Me sentí mal los dos días siguientes: tuve  fiebre, dolor en el brazo y pesadez en el cuerpo. El feriado del 8 dormí mucho, estaba «apaleado», como cuando juegas una «pichanga» luego de mucho tiempo de para. Pero fue lo que me dijeron que podía darse. Luego me he sentido bien, hasta ahora, y la segunda dosis está fijada entre el 7 y el 12 de enero. Me presenté como voluntario porque tengo un espíritu comunitario y creo que si se puede ayudar, por qué no hacerlo. Incluso convencí a mi señora y ella también será voluntaria». 

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