La Organización Mundial de la Salud, OMS, lo tiene claro: las vacunas contra el coronavirus no deben ser obligatorias.
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Hacer de las inmunizaciones un requisito será decisión de cada país o empresa, pero es vital asegurarse de que las personas tengan toda la información correcta sobre su efectividad y seguridad para que puedan tomar una decisión personal sobre si aplicarse o no una de las inmunizaciones.
Pero los expertos de la OMS explican que en algunas situaciones, como la los trabajadores de salud, sí es posible que haya una fuerte recomendación de vacunarse.
«Tenemos que convencer y persuadir a las personas y hablar con ellos sobre esto. Hay circunstancias específicas en las que los Gobiernos tendrán que exigir estos requisitos de las vacunas, pero todos los que trabajamos en salud pública quisiéramos evitar que esto se convierta en un medio general para lograr que la gente se inmunice. Estaremos mucho mejor presentándoles a las personas los datos y los beneficios, y dejar que ellas decidan por sí mismas», aseguró hace un mes el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan.
PROYECTO DE LEY
En Chile, el debate lo abrió la Democracia Cristiana, partido que este martes 5 de diciembre va a presentar por medio de los diputados Gabriel Silber, Víctor Torres y Daniel Verdessi un proyecto de ley para hacer obligatoria la inmunización contra el covid-19.
De hecho, ayer Silber entregó en el Palacio de La Moneda una carta al Presidente Sebastián Piñera pidiéndole que apoye este proyecto de ley, aunque el Primer Mandatario ha dicho hasta ahora que la vacunación es voluntaria… y además gratuita
«Por las facultades que le entrega el artículo 32 del Código Sanitario, el Presidente puede ordenarlo. Es la única forma de lograr una efectiva inmunización ante esta pandemia que ha cobrado casi 20 mil muertos. Mientras se tramita nuestro proyecto, pedimos que el Presidente declare obligatoria la vacunación de la población con las vacunas que apruebe el Instituto de Salud Pública (ISP), previo cumplimiento de los trámites legales. Hay que considerar que en poco tiempo más ya estará disponible la vacuna Sinovac, de China, de la cual llegarán 5 millones de dosis y al 1 de marzo, 5 millones más, que tiene un manejo mucho menos complejo que la de Pfizer–BioNTech, por lo que se podría comenzar a inocular de manera rápida», declaró Silber.
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POSTURA OFICIAL
Parte del artículo 32 del Código Sanitario señala que «el Presidente, a propuesta del Director de Salud (se entiende el Ministro de Salud) podrá declarar obligatoria la vacunación de la población contra las enfermedades transmisibles para las cuales existan procedimientos eficaces de inmunización».
El ministro de Salud, Enrique Paris, precisó ayer durante el informe presencial del estado de la pandemia en el país que «respetamos la idea del diputado Silver y también respetamos la independencia de cada poder del país. Opinaremos si nos llaman a la discusión parlamentaria, pero por ahora, como dicen los periodistas, esta es una noticia en progreso. Primero debo leer el proyecto y asesorarme por la Secretaría General de la Presidencia«.
Por su parte, el vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, puntualizó que «nosotros optamos por la idea de que las vacunas fuesen voluntarias, y esto es algo que se empezó a trabajar desde mayo por interés del Presidente, para que Chile asegurar dosis desde antes. Tenemos un Programa Nacional de Inmunización que establece la obligatoriedad de algunas vacunas, pero en este caso haremos una campaña muy importante para dar cuenta de la relevancia que tiene vacunarse, por uno mismo y también por la comunidad. Así como la vacuna de la influenza no era obligatoria para muchos grupos pero igual llegó a gran parte de la población, esperamos lo mismo para la de coronavirus. Entendemos el tema de fondo que plantea el diputado Silber y también queremos hacerle frente a las campañas antivacuna y a los fakenews y la desinformación, pero respetando la libertad de las personas para vacunarse o no».
UN NO Y UN SÍ DESDE LA ACADEMIA
En el mundo universitario, hay opiniones encontradas sobre el tema.
Por ejemplo, el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, el biólogo Flavio Salazar, destacó que «lo primero que hay que entender es que es fundamental que se vacunen todos. Desde el punto de vista de la salud pública, si es inmunizada una minoría de la población el virus va a seguir circulando, continuarán las restricciones y la pandemia no se va a acabar. Eso es real. El objetivo es lograr que la mayoría reciba las vacunas aprobadas, que hasta ahora con bastante seguras y garatizan que será posible contener la pandemia si una cantidad importante de personas las recibe. Yo creo que la mejor forma de lograr eso es con una fuerte campaña de convencimiento, mostrando evidencias y motivaciones. Pero generar una ley que obligue a vacunarse tendría un efecto contraproducente”.
Y la doctora Adela Contreras, académica de Ética Médica de la Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello, indicó que «a mi juicio, la vacuna contra el covid-19 debería ser obligatoria, ya que aquí lo que se busca es prevenir una enfermedad que puede ser letal, que es altamente contagiosa y que se ha convertido en un problema de salud pública. Eso sí, tendría que ser obligatoria en la medida que se hayan cumplido todas las etapas de los protocolos clínicos de investigación, es decir, que la vacuna probó ser eficaz y de bajo riesgo respecto de efectos, y además habiendo vigilado a la población vacunada al menos durante un año… En este tema se produce un conflicto de valores entre la autonomía de la persona, como sujeto capaz de decidir sobre sus actos, versus la responsabilidad social que todos tenemos, ya que al vacunarnos, estamos contribuyendo a proteger al resto de la población, a nuestros cercanos y a nosotros mismos. Se trataría de un acto bueno, en el cual el sujeto acepta ceder parte de su autonomía para apoyar a la comunidad como un todo».