La encuesta fue aplicada entre marzo y julio de este año, siendo el grupo objetivo las egresadas de Udla y UST entre 2016 a 2019, según contactos disponibles en cada institución. De esta forma, el total de la muestra lo conformaron 2.341 egresadas.
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Cabe señalar que en términos de participación laboral, las mujeres tienen un 41%, mientras los hombres un 63%, según cifras del INE 2020.
Durante el reciente seminario “Las mujeres y el mercado laboral: evolución y expectativas” -moderado por el director del Centro de Estudios Avanzados sobre Justicia Educacional, Andrés Bernasconi- la rectora de la Universidad Santo Tomás, María Olivia Recart, sostuvo que “las mujeres participan mucho más en educación superior, sin embargo, eso no se ve reflejado en el ámbito laboral”. Agregó que “el 47% de quienes tienen cargos directivos en la UST somos mujeres y está liderada por una mujer, lo que no es común”.
En tanto, la rectora de la Universidad de Las Américas, Pilar Romaguera, subrayó que “aportar a la no discriminación es responsabilidad del país, pero también de las universidades, porque nuestra función es lograr una inserción laboral exitosa de nuestras egresadas, las cuales puedan desarrollarse en trabajos que les permitan proyectarse profesionalmente y en donde su voz e ideas sean escuchadas, reconocidas y valoradas”.
AVANCES Y PROYECCIONES
En cuanto a la metodología del análisis, desde el punto de vista etario se agruparon en “Jóvenes”, constituido por mujeres entre 20 y 29 años; y en “Adultas” (mayores de 30 años). Por otra parte, considerando las áreas de formación, se establecieron siete categorías, las cuales se agruparon en una serie de carreras afines. De este modo, el estudio incorpora las áreas de Administración y Comercio, Agropecuaria, Ciencias Sociales, Derecho, Educación, Salud y la denominada Otras.
Pese a que la encuesta se realizó en un contexto de pandemia, en el cual la Subsecretaría de la Mujer advierte un retroceso de 10 años en la participación de la mujer en el trabajo, las conclusiones del informe revelan opiniones, percepciones y actitudes relativamente positivas en relación con las posibilidades de inserción laboral de las egresadas junto con las expectativas generales de reducción de las limitaciones de acceso de la mujer al trabajo.
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Bajo este contexto, en cuanto a los avances y proyecciones en materia de equidad de género y trabajo, las egresadas observan un futuro con espacios de mayor flexibilidad laboral y de cuidados (70%), menores brechas salariales (73%), menos espacios de riesgo en relación con acosos sexuales en el ámbito laboral (62%) y mayores oportunidades laborales (83%).
CRECIMIENTO PERSONAL Y PROFESIONAL
En la línea de acceso a opciones laborales, el 70% de las egresadas señala que las carreras que estudiaron les entregaron oportunidades de crecimiento profesional y personal. Además, un 70% reconoce en el trabajo un espacio de desarrollo personal y profesional, pese a no sentirse satisfechas económicamente, este dato es relevante considerando que el 44% manifiesta no estar conforme con el salario que recibe.
En cuanto al horizonte de expectativas personales de las egresadas, destaca una marcada proyección de felicidad alta entre éstas (80%), asociada principalmente a factores vinculados al bienestar laboral como salario, estabilidad del trabajo y espacios de trabajo capaces de generar satisfacción vocacional. Al llevar lo anterior a cifras puntuales, las “Adultas” (84%) tienden a tener una proyección de felicidad superior que las “Jóvenes” (78%). Por otra parte, las áreas más optimistas corresponden a “Administración y Comercio” (90%), “Educación” (88%) y “Derecho” (87%). Respecto de las emociones asociadas a la experiencia laboral, las egresadas suelen sentirse más contentas (76%), seguras (85%) y respetadas (85%) cuando se encuentran trabajando.