La organización ambientalista Greenpeace alertó sobre las conclusiones del estudio de la Universidad de Chile “Actualización del Balance Hídrico Nacional”, que reveló que habrá una fuerte baja en la disponibilidad de agua dentro de 10 años, de hasta un 50%, debido a que disminuirán los caudales de los ríos y se incrementarán las temperaturas.
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Sin embargo, Greenpeace advirtió que la crítica situación ya se está apreciando en los diferentes ríos y embalses del país, lo que lleva a Chile a estar en el lugar 18, a nivel mundial, a punto de entrar en extremo estrés hídrico, según un informe del Water Resource Institute.
Estefanía González, coordinadora de Campañas en Greenpeace, recordó que la escasez de agua afecta a casi un millón de chilenos que hoy no tienen su acceso asegurado.
“Hoy lo que vemos es que el otorgamiento de derechos sigue aumentando exponencialmente, donde 98% del agua es utilizada para usos industriales, agrícolas, forestales y mineros, mientras el 2% restante del agua es para el consumo de la población. Aún con este panorama, la política pública ha ido en la dirección contraria a la realidad climática e hidrológica que considera el estudio de la Universidad de Chile: mientras las lluvias disminuyen y la disponibilidad de agua sigue reduciéndose, entre 2016 y 2020 el número de derechos de agua otorgados aumentó en todas las cuencas. Eso es incomprensible”, denunció la coordinadora de Campañas en Greenpeace.
Asimismo, añadió que todas las proyecciones científicas apuntan a que el escenario que vivimos actualmente se agudizará, lo que hace más urgente priorizar el agua y garantizarla como derecho.
Por ello, la organización hizo un llamado a los futuros constituyentes a poner fin al modelo de gestión actual que no solo le entrega derechos de agua a grandes empresas, poniendo en riesgo el suministro de personas y ecosistemas, sino que entrega hasta tres veces más agua que la disponible, y en regiones como la de Valparaíso, este número aumenta a siete.
Algo que quedó reflejado en la última encuesta realizada por la organización, donde el 97% de los encuestados se manifestó a favor de que el derecho al agua para consumo humano esté contemplado en la nueva Carta Fundamental.
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“Hoy tenemos la oportunidad de saldar esta deuda y asegurar el acceso al agua para miles de personas, así como para valiosos ecosistemas que se secan. Es incomprensible que a la luz de los datos y las proyecciones, que hace más de una década solo empeoran, no se haga nada. El problema del agua es nacional, histórico y colectivo. Por eso, debemos resolverlo en conjunto y qué mejor que hacerlo en el marco de una nueva Constitución”, recalcó González de Greenpeace.
“El agua en Chile se compra como ‘títulos de propiedad’, por lo que empresas transnacionales son dueñas de ríos completos. Dado que es cada vez más escasa debido al cambio climático, la competencia es feroz y los ‘dueños’ están tentados a hacer negocios con ella. El agua en el mundo vale tanto que ahora en otros países se cotiza en la bolsa de Wall Street. Y Chile es el epicentro de la apropiación de las aguas en manos de unos pocos”, destacó.
El estudio “Actualización del Balance Hídrico Nacional”, hecho por la Universidad de Chile para la Dirección de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas, se extendió por cinco años y analizó 174 cuencas hidrográficas a lo largo del país.
En sus principales conclusiones advirtió una fuerte reducción del agua en el país para el período 2030-2060. Las precipitaciones podrían caer hasta 25% en la zona centro y hasta 40% en la zona sur, según sus estimaciones.