Brasil ha sufrido más de 200.000 muertes por COVID-19, el segundo total más alto del mundo después de Estados Unidos, y ahora atraviesa por una nueva ola de infecciones y muertes.
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A pesar de medio siglo de programas de vacunación exitosos, el gobierno federal está detrás de sus pares regionales y mundiales, tanto en la aprobación de vacunas como en la elaboración de una estrategia de inmunización.
Brasil ni siquiera ha aprobado una sola vacuna y los expertos en salud independientes que participaron en su programa de inmunización dicen que el plan aún está incompleto, en el mejor de los casos.
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La agencia AP entrevistó a cuatro miembros de un comité de expertos y cuatro exfuncionarios del Ministerio de Salud, quienes denunciaron como injustificable el retraso del gobierno en la formulación de un plan de vacunación.
También criticaron la forma en la que realizó la búsqueda de proveedores de jeringas y los meses que pasó rechazando a todos los posibles fabricantes de vacunas, excepto uno.
Se quejaron además de que el presidente Jair Bolsonaro socavó la eficacia de su ministerio de salud, señalando la eliminación de profesionales altamente capacitados de los puestos de dirección, que fueron reemplazados por militares con poca o ninguna experiencia en la atención de la salud pública.
Las culpas de Bolsonaro
Los expertos también culparon al presidente, un excapitán del ejército de extrema derecha, de alimentar un clima de sospecha y rechazo hacia las vacunas, comprometiendo el esfuerzo de inmunización masiva en Brasil.
Como muchos expertos brasileños en salud pública, la doctora Regina Flauzino pasó la mayor parte de 2020 observando con horror cómo el COVID-19 devastó Brasil. Cuando llegó la oportunidad de unirse al esfuerzo de vacunación del gobierno, estaba encantada: pensó que podría compartir sus décadas de experiencia.
Pero su entusiasmo se desvaneció rápidamente. Flauzino, una epidemióloga que trabajó en campañas brasileñas de vacunas durante 20 años, se sintió frustrada con lo que describió como un proceso caótico y apresurado.
El gobierno aún no ha aprobado una sola vacuna y los funcionarios del Ministerio de Salud han ignorado los consejos de expertos externos. Poco después de que el gobierno presentara su plan de vacunación, más de una cuarta parte de los aproximadamente 140 expertos involucrados exigieron que sus nombres fueran eliminados del texto.
“No nos escucharon”, dijo Flauzino a The Associated Press. La creación del plan “se pospuso demasiado y ahora se está haciendo apresuradamente”.
El plan de vacunación del gobierno, finalmente publicado el 16 de diciembre, carecía de detalles esenciales: ¿Cuántas dosis se enviarían a cada estado y cómo se refrigerarían y entregarían? ¿Cuántos profesionales necesitarían ser contratados y capacitados y, sobre todo, cuántos fondos recibirían los gobernadores para implementar la campaña? El plan no incluía una fecha de inicio.
”¿Cómo va a organizar cada estado su campaña si no sabe cuántas dosis va a recibir ni el plazo de entrega?” dijo la doctora Carla Domingues, epidemióloga que supervisó la logística de la campaña de vacunación contra la gripe H1N1 2009 de Brasil y quien trabajó en más de una decena de iniciativas de vacunación.
La oficina de prensa de Bolsonaro y el Ministerio de Salud no respondieron a las solicitudes de la AP de comentarios sobre la campaña de vacunación de Brasil o por qué no se firmaron más contratos con los fabricantes de vacunas en 2020.