El colapso hospitalario en la ciudad de Manaos, el corazón de la selva brasileña, evidencia las dificultades y la negligencia con la que el Gobierno de Jair Bolsonaro viene empujando la pandemia en Brasil.
PUBLICIDAD
Sin tubos de oxígeno en la capital del estado de Amazonas, se sabe extraoficialmente que decenas de personas han muerto desde la madrugada del jueves en las unidades de cuidados intensivos, asfixiadas por el coronavirus, mientras los camiones frigoríficos no daban más abasto del número de cadáveres.
En un video de internet, el presidente del Sindicato de Médicos del Amazonas, Mario Vianna, pidió ayuda a Dios y describió la gravedad de la situación, en que los profesionales sanitarios buscaban oxigenar a los moribundos bombeando los tubos de oxígeno que restaban con las manos.
«Es una situación terrible que temíamos y denunciamos. En este momento, hago un llamado a todas las autoridades de que se unan para que podamos encontrar urgentemente una solución. Transportar oxígeno desde otros estados en condiciones de guerra es una necesidad para salvar vidas», declaró el médico al diario español ABC. Según el portal G1, por lo menos 45 muertes habían sido confirmadas en las 24 horas del jueves.
Los pedidos de solidaridad realizados por profesionales de sanidad en redes sociales fueron respondidos por artistas y youtubers que comenzaron a organizar campañas de donaciones de tubos de oxígeno paralelas.
Las iniciativas populares surgían ante la demora de una respuesta eficiente del Gobierno y del ministro de Sanidad, el general Eduardo Pazuello, un especialista en logística, que el fin de semana anterior llegó al a Manaos con cajas de ivermectina, un vermífugo al que Bolsonaro apuesta la salvación, contra las recomendaciones médicas, entre ellas de dos ministros que renunciaron por discordancia con las recetas del presidente.
Una mutación amazónica
«Brasil tiene que pensar que si no hay intervención (en sanidad) y si no hay canalización de recursos hacia Amazonas, Brasil puede vivir la situación en Manaos. Sobre todo porque tenemos mutaciones virales que pueden extenderse por todo Brasil», alertó el médico Mario Vianna, en entrevista al portal Amazonia Real.
PUBLICIDAD
Para empeorar el escenario, una nueva variante de un coronavirus amazónico fue identificada esta semana en Japón, a partir de exaámenes de cuatro viajeros nipones que estuvieron en esa selva.
La fundación estatal Oswaldo Cruz (Fiocruz), un centro de investigación de referencia internacional en Brasil, confirmó la identificación y circulación de esa nueva variante del coronavirus con una serie de mutaciones inéditas. «Si esas mutaciones tienen alguna ventaja selectiva para la transmisión viral, podemos esperar un aumento de la frecuencia de esos linajes virales en Brasil y en el mundo en los próximos meses», informó la institución en una nota técnica.
«El surgimiento de nuevas variantes del Sars-CoV-2 que abrigan mutaciones en la proteína Spike, que pueden impactar la aptitud viral y la transmisibilidad, viene siendo una cuestión de gran preocupación», destaca el boletín. Se estima que esas mutaciones de un virus potencialmente amazónico, pueden haber surgido entre diciembre de 2020 y enero de 2021.