El pasado miércoles 13 de enero se registró un momento «histórico» en la Cámara de Diputados. A más de dos años del ingreso del proyecto que despenaliza el aborto hasta las 14 semanas, la Comisión de Mujeres comenzó su tramitación. Y si bien el escenario que se avizora para la iniciativa no es el más favorable, la presidenta de dicha instancia, Maite Orsini (RD), está convencida de que las posiciones irán cambiando con el correr de las semanas.
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¿Cómo analiza las posturas que se evidenciaron?
-Valoro la disposición de las parlamentarias oficialistas a tratar esta temática. Si bien todas mostraron diferencias importantes respecto al proyecto de ley, hay disposición a tratar la materia y discutirlo. Y sobre todo discutir con ideas y no ataques personales. Prueba de ello es que la diputada Ossandón, que sabemos que es muy contraria en este tema, pidió información que es muy relevante para el debate. Valoro profundamente el ánimo que hay y espero que podamos dar un ejemplo a las otras comisiones, sobre cómo los liderazgos femeninos podemos dar una discusión a la altura de las circunstancias, poniendo ideas por delante en un ambiente de respeto.
¿Se podrá avanzar más allá de la idea de legislar?
-Hace un año estábamos en el mismo lugar que estamos hoy, pero sobre paridad. No contábamos con los votos, nos faltaban incluso de la oposición. Nos decían que era antidemocrático, que era meter la mano a la urna, pero se empezó a generar un sentir ciudadano, un acuerdo entre distintos académicos, de las organizaciones sociales en las calles y ya en marzo nadie podía sostener que se estaban en contra de la paridad. Si bien diputados de la DC han manifestado rechazo, me gustaría esperar lo que va a generar el proyecto en la ciudadanía y cómo eso va a repercutir en la decisión de los parlamentarios. El proyecto requiere aprobarse con quórum simple, con la mayoría, o sea, basta que nos pongamos de acuerdo en la oposición e incluso, como somos más de la mitad, podemos prescindir de algunos. Esto no lo daría por descartado.
El proyecto no estable garantías para un aborto seguro ¿Se podría avanzar en eso?
-Lamentablemente la Constitución del 80 establece ciertas materias que son exclusivas del Presidente. Uno de los límites que tenemos los parlamentarios, son los proyectos que irrogan gastos. Y una legalización del aborto hasta las 14 semanas para todas, garantizando el derecho a través de la prestación de salud, es un proyecto que nunca vamos a poder presentar. Para eso se requiere un gobierno progresista que se comprometa con las mujeres de Chile. Si seguimos con gobiernos conservadores, a lo único que vamos a poder acceder es a la despenalización. Si pudiera presentar la legalización lo haría hoy, pero no voy a poder hoy, ni uno o tres años más, salvo que cambiemos la Constitución.
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Pero sus colegas de oposición les dicen que quieren pasar “gato por liebre” y avanzar sin más a un aborto libre, sin restricciones. ¿Están equivocadas?
-Veamos qué se entiende por aborto libre. Cuando hablo de aborto libre, siempre va condicionado a las semanas. Yo no estaría nunca por aprobar un aborto sin causales hasta los 9 meses, y yo que soy feminista de tomo y lomo. Entiendo que hay un plazo, un límite. Nadie estaría por cortar fetos en pedacitos. A las 14 semanas no hay sistema nervioso central, el gameto depende absolutamente de la madre y es un momento adecuado para terminar con el embarazo. No existe país que tenga aborto hasta los 9 meses. Quizás estaría disponible a que científicos nos explicaran que pueden ser 12 o 16 semanas, pero antes de que el gameto pase a ser un feto y tenga sensibilidad.
¿La movilidad de las semanas entonces se podrían ajustar a la formación del sistema nervioso central?
-Los científicos nos lo tendrán que aclarar en la Comisión, pero me parece que es un buen parámetro. Además, hay que tener presente que la OMS recomienda hasta las 22 semanas, porque hasta ese momento el cigoto, gameto o feto, es incompatible con la vida fuera de la madre. Después de las 22 semanas es compatible con la vida, por tanto pasa a tener otra categoría, pero, y lo vamos a ver en la discusión, el sistema nervioso central se empezaría a formar desde la semana 14. Hasta ese momento no generaría ningún daño colateral mayor.
Usted apunta a la injerencia de la ciudadanía de cara a este debate…
-El rol de la sociedad civil es muy relevante. Los parlamentarios no están del todo convencidos en avanzar y el rol que tienen las personas es fundamental para lograr los votos. El llamado siempre es hacerlo de manera respetuosa y empática. Lamentablemente mientras dábamos la discusión, afuera hubo un enfrentamiento entre los mal llamados, en mi opinión, ‘pro vida’ y las feministas. A una compañera le lanzaron una Biblia en llamas y tuvo quemaduras importantes. Por supuesto que condeno todo hecho de violencia, pero sí llamo a movilizarse de manera pacífica.
¿Y qué les diría a esos ‘pro vida’?
-Yo les digo mal llamados pro vida porque también yo lo soy. Justamente lo que yo quiero cuidar con este proyecto es la vida de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. Hoy las mujeres de las clases sociales más altas tienen acceso a un aborto seguro. Pueden tomar un avión y viajar a un país donde el aborto es legal y hacerlo. Pueden ir a una clínica donde los médicos no tienen la obligación de denunciar, como en los hospitales, y hablar con el médico y ver qué se puede hacer. Eso pasa. El misotrol se vende. El aborto ocurre igual, el problema es que las mujeres que pueden hacerlo son de clases acomodadas y las mujeres vulnerables o no pueden hacerlo o lo hacen en condiciones de clandestinidad horribles. Ellas son las que mueren o son denunciadas y terminan en la cárcel. Eso es lo que queremos cuidar.
Quienes entienden que lo que hay dentro de la mujer antes de las 14 semanas es una vida, lo creen por una concepción moral y religiosa. Yo jamás obligaría a una mujer que cree que lo que tiene dentro de su cuerpo antes de las 14 semanas es una vida a abortar. Esperaría, por tanto, que ellas entiendan que habemos mujeres que no creemos que antes de las 14 haya una vida, y que respeten nuestras creencias. Respetémonos todas, vivimos en un país laico y democrático. Nadie va a obligar a nadie.
¿Cree que el buen tono que se percibió en la primera sesión se mantendrá? La Diputada Hoffmann, por ejemplo, mostró una postura confrontacional.
-Como presidenta tengo la obligación de velar por aquello. Concuerdo en que la diputada María José Hoffmann tuvo un tono más confrontaciones y voy a conversar con ella en particular para pedirle que podamos llevar una discusión respetuosa y armónica.
Y respecto a las conversaciones con el resto de la oposición ¿Qué están haciendo?
-Todavía falta información sobre la mesa. Lo que estamos haciendo con este proyecto de ley es quitarle la carga penal al aborto. Hay que ir teniendo las conversaciones y tener las cifra que tenemos respecto de las personas formalizadas o fallecidas. Con toda la información sobre la mesa yo creo que podríamos conseguir la unidad.
¿Es el momento para discutir sobre aborto?
Tal como plantea la diputada, el gobierno está en contra de la despenalización del aborto y sectores de la oposición también. Aseguran que el aborto en tres causales es el límite, por lo que se ve complejo que la moción se asegure con los votos.
Bajo esas consideraciones, varios plantean que no es el momento de dar la discusión y que habría que esperar, pero Orsini asevera que el momento es ahora y que ya ha sido más que suficiente toda la espera. «Siempre que queremos plantear temas de género nos dicen que no es el momento, que hay otras prioridades, cosas que son más urgentes. Sin embargo, mi concepción política es que esa forma de entender los temas de género nos tiene hoy donde estamos. Es hora de que pongamos las temáticas de género en el centro de la discusión. Ya han sido demasiado los miles de años en que las mujeres han estado relegadas y nuestros derechos han sido secundarios», sostiene.
Asimismo, hace presente que después de su presidencia le toca la DC. «Entonces, o damos el debate ahora o no lo damos. Yo no me quedaría tranquila si durante el periodo no damos la discusión. Y también es relevante hacerlo porque esta discusión se va a dar en el marco de la discusión constituyente. Haber avanzando en la discusión, aunque nos vaya mal, al menos va a servir de antesala para tratar el asunto en la Convención Constitucional», complementa.