Stephen O’Loughlin y Lesley Hu eran dos ejecutivos exitosos, una realidad que no se repetía en sus vidas privadas. Habían sido matrimonio, donde había tenido a su hijo Pierce, de nuevo años.
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Pero la ex pareja enfrentaba una agitada situación. Desde 2016 se mantenían en una dura disputa por tener la tuición del menor.
Una historia que la semana pasada tuvo un giro inesperado y brutalmente dramático, cuando la policía encontró los cuerpos del pequeño y de su padre en la casa de este último, en San Francisco, Estados Unidos.
La investigación en curso apunta a que O’Loughlin, de 49 años, asesinó a su hijo y luego se quitó la vida. Y la razón de tal acción serían las vacunas…
Según consta en la investigación, el padre ingresó en 2012 a un “grupo de autoayuda de la nueva era”, y ahí se había convencido de que el gobierno buscaría usar el control mental sobre los estadounidenses.
Esto derivó en que rechazara toda vacuna para su hijo y con esto surgió un constante enfrentamiento con la madre de Pierce por las decisión médicas para el niño.
Fue así como Hu entró en una dura disputa por la tuición exclusiva de menor para tener el total control de la situación médica de Pierce.
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Fue en este contexto, cuando el martes pasado se confirmó que el juicio entre ambos comenzaría en marzo y que por mientras el niño debía recibir las vacunas necesarias según su edad. Ese día fue cuando padre e hijo fueron encontrados muertos.
Enfermedad sicológica
Según la abogada de Hu, Lorie Nachlis, el ex esposo de la mujer sufría una enfermedad mental no tratada durante años, lo que lo volvió paranoico con las vacunas y obsesivo con la salud de su hijo.
“La postura (de O’Loughlin) sobre las vacunas había adquirido un tono de culto”, afirmó Hu.
Para Nachlis, el padre “castigó a Leslie con el último acto de violencia, matando a su hijo, para que ella sufriera por el resto de su vida».