Beatriz Sánchez lleva un par de semanas recorriendo La Florida, La Pintana, Pirque, Puente Alto y San José de Maipo. Las comunas del Distrito 12, donde espera ser electa el próximo 11 de abril para integrar la Convención Constitucional. Su campaña dice que está diseñada para hacerse en la calle, escuchando a los vecinos, conversando. Cree que la gente «tiene muy claro que los cambios concretos vienen en el cambio constitucional».
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¿Por eso se descartó una nueva carrera presidencial?
Mi paso desde los medios a la política tenía que ver con que yo ya no creía en esta forma de vida, entendía que las cosas podían ser distintas. Eso no ha cambiado. Y creo que esos mismos cambios no necesariamente están en una candidatura presidencia. Yo no persigo el poder por el poder en sí. Yo creo en el poder para cambiar cuestiones, y esos cambios están en el cambio a la Constitución.
¿Pesa algo lo poco que ha podido implementar de su programa de gobierno el actual presidente?
Vivimos en un régimen hiper presidencialista. Tiene casi todas las facultades para hacer y deshacer, demasiadas a mi juicio, pero tiene una camisa de fuerza concreta que es la Constitución. Y lo vimos con fuerza en Bachelet dos. Pero en el caso de Piñera yo creo que pasa algo distinto. Pese a tener todas las facultades para hacer cosas, su gobierno es nulo, y por responsabilidades propias. No supo administrar y sus propios ministros, fueron los que encendieron la mecha del estallido social. No digo que son los responsables, porque fue algo acumulativo, pero sí encendieron la mecha de algo que estaba latiendo y no supieron entender el fenómeno. Y después vino la pandemia y tampoco supieron enfrentarla. Hay responsabilidades personales.
¿Y el Frente Amplio si?
Yo creo que sería como muy soberbio, de cualquiera, decir que ha leído todo bien. Lo que sí, es que la creación del Frente Amplio en 2017 tenía que ver con levantar propuestas que vinieran desde las personas y lo primero que contiene el programa de gobierno de 2017 era una asamblea constituyente para una nueva Constitución, entendiendo que ahí estaban las amarras y trampas del sistema. El análisis siempre fue el cómo la política puede responder a lo que está pasando en la calle. En ese sentido, desde antes estábamos trabajando con la gente y organizaciones sociales. Veníamos trabajando para cambiar una serie de formas, leyes, el modelo económico, esto no daba más. Entendíamos que algo tenía que cambiar, porque no se podía sostener la forma de ese modelo.
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Respecto a la pandemia, tampoco podríamos decir ‘nosotros lo hubiésemos hecho mejor’, pero lo que sí es claro es que el modelo que tenemos en Chile es el peor para enfrentar una pandemia. Eso refuerza todo lo que se dijo en el estallido. La pandemia refuerza que el modelo neoliberal, ese modelo de vida donde hay un Estado pequeño que deja todo al mercado y a los privados, es lo peor para enfrentar una debacle.
De todas maneras han recibido duros cuestionamientos ¿Confía en que desde ahí va a poder ser electa?
Hay un cuestionamiento general a lo institucionalizado y una desconfianza bien profunda, pues hemos ido construyendo una sociedad muy temerosa de todo lo que pase. Como Frente Amplio enfrentados esas desconfianzas. Pero creo que no hay otra forma de enfrentar los cuestionamientos que siendo lo más transparentes y democráticos que se pueda. Cuando hay críticas, en lugar de cerrarnos, hay que abrirse más. Hay que salir más y por eso estamos haciendo una campaña lo más en la calle posible y dejaría la decisión en manos de las personas. Nos enfrentamos a una elección con las mismas ideas que teníamos en 2017, porque eso no ha cambiado, somos las mismas personas que queremos cambiar las pensiones, la salud, un sistema que ha ido abusando permanentemente de los chilenos y chilenas. Queremos un equilibrio distinto de los poderes.
¿Qué está haciendo exactamente para saber lo que quieren las personas?
Ahora estamos llevando conversaciones que son de uno a uno, tratando de ver si territorialmente se dan conversaciones distintas o más o menos igual. Nos hemos encontrado con un tema paragua que tiene que ver con salud y pensiones, pero hay algo que subyace y no sé si se da de manera igualitaria en todas las comunas, la sensación de abuso. Que siempre están en la cola, que nadie te contesta el teléfono, que siempre hay que esperar. A algunos la vida se les hace fácil y a algunos siempre difícil. Esa sensación de estar permanentemente abuso y que no es sólo de gente con menos recursos, es algo que se repite y se repite. Eso es muy importante y a veces queda fuera, bajo los grandes temas que sin duda los vamos a ir a pelear, pero esto tiene que ver con que la Constitución trate a todos por igual.
¿Cómo se ataca eso?
Acá tienen que haber condiciones que sean para todos igual, y eso pasa por un entramado complejo. Para que esta Constitución nos trate a todos por igual, tiene que tener todo un entramado que lo permita. Lo primero es que haya participación ciudadana permanente y debe estar forzada, no como una cosa neutra. Esto quiere decir que haya plebiscito, iniciativas populares de ley, participación en presupuestos, en políticas publicas, etc. Eso tiene que estimularse y no dejarse abierto. Tiene que haber defensorías que garantice un espacio para que las personas tenga donde acudir cada vez que se siente discriminado, excluido, para que lo represente ante el Estado y los privados. También hay que definir formas democráticas en la elección de los jueces. Hay una serie de modificaciones sobre el funcionamiento del Estado y los privados, para que se empiece a igualar la cancha. Que haya negociaciones por rama y no sólo de cada sindicato.
¿Y van a tener representación suficiente para eso? Hay muchas listas de la oposición y de independientes. ¿No les perjudica?
Van una serie de listas y creo que eso obedece a un momento país, no lo miro de manera tan dramática. Se va a generar a demás una sintonía, porque hay puntos comunes entre muchos de los que van a llegar. Lo que se va a discutir es el Chile para los próximos 50 años, evidentemente va a ser una discusión dura, no me imagino que sea suave, porque van a estar sobre la mesa todos los intereses del país. Cuando estamos ahora en la competencia, lo primero es informarse, porque esta elección tiene mucho que ver con las ideas más que con las personas.
¿Cómo ve el rol de la ciudadanía en el proceso?
Es fundamental una sociedad activa y no hay que tenerle miedo a la gente. Espero que nunca vuelva a desactivarse la sociedad y creo que tienen que estar pendientes de que los cambios ocurran. Espero que sigan presionando por los cambios y que hagan presente que se necesitan, porque efectivamente va a haber mucha presión de la élite, del poder económico, que es brutal, sino, cuál sería el interés tan grande que tienen quienes fueron los rostros del rechazo para hoy encabezar esas listas. Están todos ahí, los que dijeron que lo peor que podía pasar a Chile era una Convención Constitucional, están hoy postulando a integrarla. ¿Para qué? Para guardar los intereses de los que siempre se han servido de la Constitución heredada de Pinochet. Hay que estar alertas.
¿Se imagina trabajando, por ejemplo, con Teresa Marinovic y Mariana Aylwin?
Va a depender si la gente las elige. Prefiero no hacer política ficción y pensar que la gente va a tomar las decisiones más sabias.
Sánchez y la elección presidencial
¿Cómo ve el escenario presidencial?
Todavía está la competencia muy abierta. Creo que es algo más mediático que real, siento que la ciudadanía está en otra cosa, muy pendiente del tema constituyente, no cuesta nada ponerse a hablar del tema. No están muy pendientes de los candidatos presidenciales.
¿Le gusta el nombre de Paula Narváez o considera mejor apuesta a Daniel Jadue?
Yo voy a apoyar al candidato del Frente Amplio. Esa es mi primera opción. Somos un proyecto político de hoy, de futuro y primer apoyo va a ser siempre para el candidato o candidata que tenga el FA.
A su juicio ¿El FA debiera tener primarias con la exConcertación?
A mí me gustan las decisiones colectivas, pero como opinión personal, me gustan los procesos de primarias y creo que primarias amplias serían muy buenas. Pero es algo que tiene que definirse en colectivo. Igual creo que la elección del 11 de abril será trascendental, va a redefinir el escenario.
¿Cómo analiza la opción presidencial de Pamela Jiles?
Es un liderazgo bien distinto al mío. A mí me gusta la política en colectivo. No me gusta la política en solitario, como un proyecto personal. Creo que no tiene ningún sentido. No es la política en la que yo creo ni con la que me siento más interpretada.
¿Y Mario Desbordes?
No sé muy bien cuál es el Mario Desbordes real. Yo creo que todos los candidatos de derecha son la continuidad de Piñera. Pueden dibujar muchos mundos de colores y hacer muchas promesas, pero son la continuidad de Piñera, nada va a ser muy distinto con ellos.
Además, sus discursos son muy contradictorios. Dice una cosa un día y al otro dice que Kast en realidad tiene muchos candidatos que son razonables.
¿Siguen operando los poderes fácticos en la derecha?
Absolutamente. El gran poder fáctico de la derecha es el poder económico, ese es el poder que hoy mueve a la derecha y creo que se notó inmediatamente con que lograran una lista única. Han tratado de instalar que son una derecha muy diversa, pero a la hora de una elección tan importante como la constituyente, no se demoran nada en ponerse de acuerdo, desde Evópoli hasta los republicanos de Kast. Es porque no son tan distintos y cuando hay que ordenarse tras intereses, todos tiene los mismos.