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Sepa en qué consiste la “fatiga pandémica” y cómo lidiar con ella

Tantos meses con el covid-19 llevan a un natural estado de cansancio, pero ello no es homologable a relajo, por lo que hay que aprender a manejar tal situación.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, acuñó un término ligado al coronavirus: la «fatiga pandémica». Y la describe como la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas, que aparece de forma gradual.

Se origina en diversas emociones, experiencias y percepciones, y en los contextos social, cultural, estructural y legislativo. Y es entendida como una respuesta natural y esperada ante una crisis de salud pública prolongada.

En nuestro país es más que evidente tal «fatiga pandémica» y sus consecuencias se han multiplicado en las últimas semanas con atochamientos en playas y otros lugares de descanso, fiestas clandestinas en todos los sectores socieconómicos, carreras de autos y «a la chilena» escondidas, y el inentendible «zapatillazo» de la semana pasada en un mall capitalino, por citar solo algunos hechos de connotación pública.

Vamos para los once meses de pandemia en Chile, por lo que bien vale asumir y conocer este concepto de «fatiga pandémica», que se instaló y por ello hay que aprender a manejar.

CÓMO RECONOCERLA

Es imposible soslayar la forma negativa en que la pandemia de coronavirus nos ha afectado desde su aparición en China hace poco más de un año, y en Chile hace casi once meses. Es una situación impensada para muchos, más allá de las historias de películas o libros que han tratado el tema, y de que la historia muestra que estas plagas mundiales no son inusuales.

«La «fatiga pandémica» describe el agotamiento que ha significado para la mayoría de las personas este último año viviendo en torno al covid-19. Se genera por estar preocupados de manera constante por las medidas de prevención conocidas por todos, por las las restricciones de movilidad, por la imposibilidad de ver y reunirse con familiares y amigos, por no tener opciones de espacimiento, y por el estrés laboral y familiar», señala Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Dirección de Posgrados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago.

Claudio Acevedo, académico de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello y experto en salud mental, agrega que «este cansancio generalizado tiene un importante componente de salud mental. Y las medidas del Gobierno, que han sido muy cambiantes e inciertas pues varían a veces de una semana a otra, impactan todavía más en una población estresada y temerosa ante la posibilidad de enfermar. Aparte, ver a otros haciendo caso omiso del autocuidado que la mayoría de la gente mantiene va generando sentimientos de incomodidad, desagrado, molestia y disconformidad, que se suman a este agotamiento emocional por un estado constante y sostenido de cargas mental y física».

CÓMO ABORDARLA

El anuncio de la llegada de vacunas contra el coronavirus apareció como una noticia esperanzadora en medio de la incertidumbre por la enfermedad, pero ello no implica un relajamiento en las medidas de autocuidado, que según los expertos siguen siendo vitales para convivir con la «fatiga pandémica».

«Hay que continuar con estas recomendaciones, que se van a convertir en hábitos, incluso más allá del tiempo de las vacunas. No es bueno sobreexponerse a los medios de comunicación, sin que eso signifique que no hay que estar informado. Y es recomendable establecer una rutina y planificarse, ojalá por semana, dados los continuos cambios en las decisiones de la autoridad. Hay que cuidar la salud mental por medio del sueño y el descanso, y asumir actividades de acuerdo al interés personal, comer sano, hacer ejercicio y distraerse en la casa con música, películas y música. Y si pese a todo la «fatiga pandémica» se agrava, hay que consultar con especialistas o bien recurrir a varios sistemas de apoyo, disponibles incluso por teléfono», sostiene Claudio Acevedo, de la UNAB.

Ignacio, Silva, de la USACH, agrega que «a pesar de todo hay que mantener las medidas preventivas, y darse vacaciones incluso si no es posible salir, o bien viajar asumiendo a rajatabla el autocuidado. No hay que privarse de este habitual descanso de verano, ya sea en casa o fuera de ella. También hay que informarse por medios apropiados y fidedignos basados en especialistas y autoridades. Y no hay que olvidar, para mantener la esperanza, que las vacunas están en un tiempo récord y que en los próximos meses verenos resultados gracias a ellas».

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