Hoy fue una mañana compleja para el equipo de «La Voz de los que Sobran». Debieron salir a hacer frente a las acusaciones de periodistas del medio -que renunciaron colectivamente- que apuntaban a las precarias condiciones en las que debían cumplir sus funciones. Y en ese marco, Ale Valle no aguantó y rompió en llanto.
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Cuando estaban al aire, explicando junto a Daniel Stingo la versión del directorio, la periodista se emocionó, comentando lo difícil que ha sido levantar el medio independiente.
Pidiendo disculpas por sus lágrimas, dijo que para ella sería mucho más fácil haber emprendido de otra forma, con un negocio chico en la casa, pero que optó por ese camino, pese al complejo momento, porque además partieron en medio de la pandemia.
Haciéndose cargo de las acusaciones, hizo presente que entre los periodistas que renunciaron por «precarización laboral», hay varios que en seis meses sólo hicieron seis reportajes, descartando que eso pudiese acercarse a lo que denuncian. Además, dejó en claro que nunca dejar de pagarles por su trabajo y que siempre el espíritu fue tener buenos sueldos.
Si reconoció que en el caso de dos periodistas, la situación debió regularizarse en antes, en noviembre, cuando según ella estaba contemplado. Sin embargo, explicó que fueron razones externas las que provocaron que eso no ocurriera. También, subrayó que las cosas se pudieron haber resuelto conversando y no de esta manera.
Junto con ello, lamentó que su amiga desde hace 20 años, quien se desempeñaba como editora, se sumara a las acusaciones y a la renuncia colectiva. «Nunca la habían puesto como editora y yo confié en ella y cumplió, pero nunca presentó reparos», dijo.