A comienzos de noviembre de 2020, el ministro de Salud, Enrique Paris, dijo que «nuestro país puede llegar a sufrir una segunda ola de coronavirus, que lleve a un retroceso importante hacia mayores restricciones y a tener más pacientes contagiados».
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«Les pedimos a las personas un gran esfuerzo, pues no queremos tener una segunda ola tan importante como la que se da en Europa», añadió el máximo responsable del Minsal.
Más tarde, a fines de diciembre del año pasado, el secretario de Estado matizó sobre este tema, cuando muchos hablaban que ya se había instalado la tan mentada segunda ola.
«Preparamos una serie de pronósticos en tres diferentes escenarios (tres mil, seis mil o nueve mil casos diarios calculados para mediados de enero, los que daban respectivamente un escenario benigno, uno de mediana complejidad y uno catastrófico). Y si bien las cifras no son como a mitad de junio de 2020, cuando hubo siete mil contagios por día, sí puede producirse una segunda ola si la población no cumple las medidas de lavado de mano, uso correcto de mascarillas y distanciamiento social», declaró la máxima autoridad sanitaria del país.
Pero en estricto rigor, y de acuerdo al conocimiento de los especialistas, es muy errado decir que en Chile hay o puede haber una segunda ola… pues en realidad seguimos en la primera.

Esa es la mirada del médico Leandro Biagini, epidemiólogo y académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Mayor.
«Uno habla de una segunda ola cuando ha pasado la primera, pero en este caso mi opinión es que nosotros seguimos en la inicial», explicó el experto.
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«Si bien desde julio los casos por jornada empezaron a bajar, nos instalamos en un estado de endemia alta, manteniéndonos con unos mil 500 contagios al día hasta hace unos meses, cuando de nuevo sobrepasamos los dos mil por jornada. Y en estos instantes ya vamos en un promedio de cuatro mil por día», agregó el profesor Biagini.
El médico añadió que «para tener una segunda ola de acuerdo a lo que se entiende por tal, los contagios deberían haber bajado a cero o muy cerca de eso durante varias semanas, para regresar luego a cifras altas, como aconteció en algunos países de Europa».
«Y claramente esa no es la situación que apreciamos en Chile, donde lo que vivimos ahora es un aumento de casos de algo que nunca se fue ni menos desapareció. Y este crecimiento se ve favorecido por las grandes aglomeraciones en todo el país, primero en los centros comerciales debido a las compras de fiesta año, luego por las fiestas de Navidad y de Año Nuevo, y ahora por los permisos de vacaciones».