Un nuevo estudio muestra que una sola dosis de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca proporciona un alto nivel de protección durante 12 semanas, indicó el miércoles el responsable británico de Sanidad, afirmando que los resultados apoyan la estrategia del gobierno de demorar la segunda dosis para distribuir una primera ronda a más gente.
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La decisión británica ha sido criticada por otros países europeos, que la calificaron de arriesgada, pero el secretario de Salud, Matt Hancock, dijo que el estudio «respalda que estamos utilizando y demuestra al mundo que la vacuna de Oxford funciona de forma eficaz».
Hancock hizo esas declaraciones después de que Oxford publicara un estudio indicando que la vacuna reducía el contagio del virus en dos tercios e impedía desarrollar un cuadro grave de COVID-19.
El estudio aún no había sido revisado por otros científicos y no evalúa la eficacia de la otra vacuna que se está utilizando en Gran Bretaña, fabricada por Pfizer. Pfizer recomienda que sus dosis se administren con 21 días de separación y no ha apoyado la decisión de Londres de alargar el tiempo entre dosis.
Entusiasmo
Sin embargo, el estudio de Oxford fue recibido con entusiasmo por las autoridades británicas, presionadas para justificar su decisión de demorar la segunda dosis hasta un total de 12 semanas.
«Esa reducción en los contagios, así como el hecho de que no hay hospitalizaciones, la combinación de eso son muy buenas noticias. Y definitivamente respalda la estrategia que estamos utilizando de tener una espera de 12 semanas entre las dosis», dijo Hancock a Sky News.
Gran Bretaña sufre el brote de coronavirus más mortal de Europa con más de 108.000 muertes y está en su tercera cuarentena nacional en un intento de contener una nueva variante del virus más contagiosa, identificada por primera vez en el sureste de Inglaterra.
También hay preocupación por otras variantes. Trabajadores del servicio público de salud van puerta a puerta haciendo pruebas diagnósticas a todos los adultos en ocho poblaciones inglesas en un intento de frenar la expansión de una nueva variante que se identificó por primera vez en Sudáfrica.
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Por ahora se han identificado 105 casos de la variante en Gran Bretaña, 11 de ellos en personas sin conexión con viajes al extranjero. Los científicos dicen que no hay pruebas de que la variante sudafricana sea más grave que el virus original, aunque sí podría ser más contagiosa, y se teme que las vacunas actuales sean menos eficaces contra ella.
Locura por vacunación
Eso es un motivo de preocupación, mientras Gran Bretaña se apresura a vacunar a la población. Casi 10 millones de personas han recibido la primera de sus dos dosis, incluidos la mayoría de los mayores de 80 y los internos en residencias.
Uno de los directores del proyecto de la vacuna de Oxford, el doctor Andrew Pollard, dijo que los científicos de la Universidad de Oxford creen que la vacuna seguirá ofreciendo protección contra nuevas variantes del COVID-19, aunque aún están esperando los datos a ese respecto.
Aunque el virus se adapte, señaló, «eso no significa que no sigamos teniendo protección contra una enfermedad grave».
«Si necesitamos actualizar la vacuna, entonces en realidad es un proceso relativamente sencillo que sólo lleva unos meses, en lugar de los enormes esfuerzos que hizo todo el mundo el año pasado para organizar los enormes ensayos a gran escala», dijo a la BBC.