Lo ha dicho el Gobierno insistentemente: que su meta es vacunar contra el covid-19 a cinco millones de personas durante el primer trimestre, y a un total de 15 millones en el primer semestre.
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Con el inicio ayer de la inmunización masiva en todo el país gracias a las casi cuatro millones de dosis de la farmacéutica china Sinovac llegadas la semana anterior al país, el primer objetivo se resume en aplicar la vacuna a cerca de 88 mil individuos por jornada en 57 días, incluyendo los ocho fines de semana del periodo.
Y ello pensando en un plano ideal: que siempre habrá stock, que se trabajará también los sábado y domingo (aunque la mayoría de los municipios ha informado hasta ahora que se vacunará de lunes a viernes), y que se evitarán las temidas aglomeraciones, que pueden ser foco de contagio.
Los optimistas recuerdan que en marzo de 2020 la campaña contra la influenza vacunó a 3.800.00 personas en diez días, y que en nuestro país hay cultura y experiencia en esta tarea. Pero desde el otro lado resaltan las dificultades logísticas y los líos que pueden aparecer con gente que se vacuna primero en un lado y luego en otro.
Claudio Castillo, experto en Salud Pública y académico de la Dirección de Postgrados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, sostiene que «la atención primaria en general siempre ha cumplido con los desafíos que se le ha impuesto cuando es requerida, por lo que creo que si las vacunas están disponibles y funciona la logístistica, es posible cubrir a cinco millones de personas al 31 de marzo. Ese sector, administrado principalmente por los municipios en un 87%, sí puede ser capaz de cumplir de acuerdo a lo fijado».
«Probablemente habrá dificutades en algunas comunas, dependiendo de las capacidades logísticas, de la distribución territorial y de la dispersión geográfica, porque no hay que olvidar que este proceso de vacunación no es solo urbano, sino que también es rural e incuye a quienes no pueden salir de sus casas. Pero yo tengo plena certeza de que es factible cumplir la meta, para lo que quizás sea necesario realizar trabajos extraordinarios los fines de semana».
Sin embargo, la epidemióloga de la Facultad Medicina de la Universidad Católica y miembro del Consejo Asesor Covid-19, Catterina Ferreccio, pone el punto en que «aunque antes ya se han alcanzado esas cifras diarias de vacunación, y por lo tanto en teoría se llegaría a la meta oficial gracias al impresionante equipo de salud primaria que hay en el país, el desafío es movilizar la voluntad comunitaria. Y eso no depende del Ministerio de Salud ni del Gobierno, que hasta ahora han tenido un manejo de la pandemia desde arriba hacia abajo, sin participación local, que es justamente lo que hoy se necesita: el aporte de la comunidad, de los alcaldes, de las juntas de vecinos, del club de barrio. Pienso que es pedirle mucho a la gente, que no ha sido partícipe de lo que se ha hecho hasta ahora, y al personal sanitario, que está agotado, ha debido implementar la vacunación de fotma acelerada, cuando se sabía de esto desde hace meses, y además muchos de ellos se encuentran en plena etapa de vacaciones».
La experta agrega que «el tema de la cantidad puede ser secundario si se hubiera focalizado mejor la aplicación de la vacuna, y desde el comienzo hubieran sido inmunizados los mayores de edad, descendiendo en grupos etáreos, para aligerar de verdad la carga de las camas críticas».