Estilo de Vida

Ni los chimpancés: las espinacas lograron comunicarse por mail

Tal vez tú les hablas a tus plantas para que crezcan mejor, ¿ahora te responderán por mail? Este es el caso de las espinacas súper inteligentes.

shutterstock / imagen referencial

A los seres humanos nos gusta mucho comunicarnos, el lenguaje con palabras es algo de lo que nos define como especie, aunque eso no quiere decir que otros seres vivos no tengan formas de comunicación. Hemos tenido éxito en comunicarnos con algunas especies que tenemos como mascotas, como los perros un poco más que con los gatos, pero quizá porque los segundos no quieren, pero ¿podemos comunicarnos con las espinacas, por ejemplo?

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Espinacas biónicas

La biónica es la integración de partes o sistemas artificiales en organismos vivos: el término fue acuñado por el médico estadounidense Jack Steele, haciendo una combinación de biología y electrónica.

La biónica busca emular algunas funciones de los seres vivos en la ingeniería: por ejemplo tomar en cuenta la forma aerodinámica de aves para el diseño de un vehículo.

Además busca incorporar partes artificiales a los seres vivos: como las prótesis que no solo ayudan a sustituir una extremidad, sino que se pueden diseñar para que la persona que las use tenga sensaciones a través de ellas.

Dentro de este campo en donde se cruzan la ciencia y la ingeniería, es donde encontramos a la nanobiónica vegetal, en la que se busca combinar nanotecnología con plantas.

Detectives vegetales

El profesor Michael Strano, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT, dirige un grupo de investigación en el que se combina la química, la biología y la nanotecnología para lograr que las plantas hagan cosas extraordinarias.

Usando nanopartículas de carbono y cerio, han logrado aumentar la actividad fotosintética de los cloroplastos: quiere decir que las plantas producen tres veces más oxígeno.

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Además de hacer más eficiente la fotosíntesis, han investigado cómo las plantas pueden funcionar como sensores de ciertas sustancias presentes en el suelo o el agua y que podrían resultar tóxicas o dañinas, incluso algunas que pueden indicar la presencia de explosivos en un terreno, específicamente compuestos nitroaromáticos.

Pero para que la ayuda de las plantas sea completa, necesitamos que comuniquen de manera eficiente sus hallazgos.

Espinaca (Shutterstock)

Tienes un mail

No esperen un saludos cordiales de parte de su ensalada: lo que este grupo de científicos del MIT logró fue añadir nanotubos de carbono a las hojas de plantas vivas de espinacas.

Cuando la planta absorbe el agua por sus raíces, la lleva a sus hojas: si en el agua contiene compuestos nitroaromáticos al combinarse con los nanotubos de carbono se vuelve fluorescente.

Para eso es necesario que cerca de las hojas haya un detector que mida esa fluorescencia y que está calibrado para que en ciertos niveles emita una señal que es enviada como un mensaje.

Se ha probado ese sistema también con otro tipo de plantas y con la detección de otras sustancias como el arsénico: un elemento tóxico, presente en muchos suelos, que puede causar muchos problemas de salud.

Así que tal vez las espinacas no vayan a mandarles emojis ni un saludo de buenos días próximamente, pero sin duda están haciendo un gran trabajo.

Espinacas (Shutterstock)

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