El caso del pequeño Tomás Bravo conmovió desde el primer momento. Bastó que se supiera que el menor de tres años estaba desaparecido para que centenares de vecinos se volcaran a su búsqueda, sin que nadie lo pidiera. Por empatía, preocupación y con la firme esperanza de que el niño estuviera sano.
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Por eso, la información que se confirmó esta jornada respecto de su asesinato caló hondo. Las circunstancias del caso eran complejas, pero aún así, se esperaban que apareciera con vida y volviera con su familia.
Eso no sucederá, pero de todas maneras, los mismos que salieron a buscarlos por días, hoy se sumaron a su despedida.
En circunstancias que su cuerpo era retirado de la zona donde fue encontrado por efectivos de la PDI, vecinos, cercanos y población que quizás no lo conocía, llegó para darle un adión. Así, en medio de globos blancos y aplausos despidieron a Tomasito, como ya todos lo llaman con cariño.