Nacional

Juicio al manejo de la pandemia de coronavirus a un año del primer caso en Chile

Cuando se cumplen doce meses del la llegada del covid-19 a Chile, seis expertos evalúan el manejo de la crisis sanitaria por parte de las autoridades.

Mascarilla
Dragomir Yankovic/Aton Chile

Este miércoles 3 de marzo se cumple un año desde la detección del  primer enfermo de coronavirus en el país.

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Fue el martes 3 de marzo de 2020 cuando el país se paralizó al ser informado el  «caso 1» en Chile. Ese día, la atención quedó centrada en el Hospital de Talca, al que llegó el ministro de Salud de entonces, Jaime Mañalich, para confirmar que el enfermo era un hombre de 33 años que había viajado por el sudeste de Asia.

Luego se supo que era un pediatra, de iniciales V.F.N.A., quien hasta hoy trabaja en el Cesfam Carlos Díaz Gidi de San Javier y fue de luna de miel a esa lejana zona del mundo.

Y al día siguiente su esposa, una enfermera un año mayor que él de iniciales P.D.J.T.N., también dio positivo al examen PCR, convirtiéndose en el segundo caso nacional de covid-19.

Ya van doce meses de convivencia con una enfermedad que llegó para cambiarlo todo de manera abrupta, y que con seguridad continuará presente por mucho tiempo.

El planeta suma ya 114.668.486 enfermos y 2.554.286 muertos de covid-19, de acuerdo al resumen de este martes 2 de marzo de la afamada Universidad Johns Hopkins de  Estados Unidos. En esa lista nos ubicábamos en el puesto 23º tanto por cantidad de casos (832.512) como por el número de fallecidos (20.684).

El Gobierno -a través del ministro de Salud, Enrique Paris– efectuó una suerte de balance de este tiempo en “modo pandemia”, que algunos han compartido y otros no.

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“Este ha sido un tiempo de arduo trabajo, y hay que reconocer que se han cometido errores. Pero también hay grandes logros, gracias al trabajo de los agentes sanitarios, de los alcaldes y las alcaldesas, de los seremis, de los directores de servicios y de los funcionarios de la Atención Primaria de Salud (APS), que debe ser fortalecida. Especialmente con los últimos nos sacamos el sombrero por todo lo que han hecho”, dijo el pasado el lunes el secretario de Estado  durante el reporte presencial del estado de la pandemia en el país.

El doctor Paris agregó que “se debe seguir con la comunicación de riesgo, reiterando el pedido de autocuidado, con lavado de manos, uso de mascarilla y distanciamiento social, para que las personas no lleguen a las Unidades de Cuidado Intensivos y luego fallezcan”.

“Hemos valorado la fortaleza del Sistema Público de Salud y aprendido que se puede hacer una alianza entre él y el sector privado. También hemos visto que Chile es capaz de llevar a cabo un plan de vacunación masivo excepcional, destacado en todo el orbe y que nos ubica en el tercer lugar mundial en la cantidad de personas vacunadas en relación a la población”, añadió el ministro de Salud.

Palabras que algunos toman con mesura y otros respaldan, por lo que les solicitamos a seis expertos (tres del área de la salud, uno de la economía, otro de la sicología y otro de la sociología) que nos entregaran sus opiniones sobre lo bueno y lo malo respecto del manejo de nuestras autoridades de la enfermedad que nos tiene en vilo, más allá del ánimo positivo que implica el adelantado desarrollo -en comparación con muchos países- del proceso de vacunación masiva

(JAVIER SALVO/ATONCHILE/JAVIER SALVO/ATONCHILE)

LA VACUNACIÓN, POR LEJOS LO MEJOR

Nuestros consultados coincidieron en que estar vacunando de manera masiva desde hace un mes es lo mejor del manejo de la pandemia.

“La negociación oportuna con laboratorios permitió contar con suficientes vacunas para inocular a la población pronto. Además, la cadena de distribución y la ejecución no han tenido mayores problemas. Ha habido una buena organización”, señaló Claudio Olmos, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello.

“Lo mejor es la vacunación. La planificación y anticipación de lo que podía pasar, asegurando una cantidad significativa de dosis, es muy importante. Fue muy bueno apostar a distintas tecnologías y laboratorios, no quedándose solo con un par”, complementó el infectólogo Ignacio Silva, académico de la Dirección de Postgrados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago.

La doctora Loreto Twele, infectóloga y profesora de Medicina en la Universidad San Sebastián, añadió que “junto con la vacunación, destaco el hecho de que asumir las medidas sanitarias ayudará a evitar contagios de muchas otras enfermedades. También ha sido bueno volver a estar en las casas por el estudio remoto y el teletrabajo”.

El sociólogo Axel Callis agregó que “se ha ido de menos a más, y la llegada del ministro Enrique Paris marcó un antes y un después. Primero, con el ministro Jaime Mañalich, hubo un manejo arrogante de la pandemia, pero luego su sucesor empezó a escuchar más a los alcaldes, al Colegio Médico y a los especialistas, asumiendo que el problema era global. Eso también es positivo, tal como la vacunación”.

Para Rodolfo Bachler, profesor de la Escuela de Sicología de la Universidad Mayor, “el proceso de vacunación ha sido impecable, desde la anticipación en las compras hasta la aplicación de las dosis en la gente. Para mí eso se explica por el hecho de que el Gobierno es manejado por un especulador económico, quien se adelantó en mercados a futuro con una maniobra de lujo, para aplaudir si uno lo encuentra valorable. Tampoco es menor el hecho de contar con un sistema de salud relativamente robusto y consolidado”.

Y Diego Soffia, ingeniero comercial que trabaja en el sector Pymes, dijo que “ha habido buenas ideas, como la suspensión laboral y el crédito Fogape, pero al comienzo  se avanzó con miedo. Esas medidas no solucionan problemas de fondo ni son sostenibles en el tiempo, pero en su momento ayudaron mucho a las pequeñas empresas. La vacunación debe adelantar la recuperación».

(JONNATHAN OYARZUN/ATON CHILE/JONNATHAN OYARZUN/ATON CHILE)

MAL MANEJO COMUNICACIONAL Y USO TARDÍO DE APS

Varios son los aspectos que los expertos califican como negativos en este año de convivencia con el coronavirus.

La doctora Loreto Twele, de la USS, dijo que “algo malo es que aún hay personas que no creen en la existencia de la pandemia, y por eso no se cuidan. A ellas hay que hacerles tomar conciencia, pues ninguna vacuna nos permitirá salir adelante. Todos debemos cumplir con las medidas sanitarias para bajar las cargas virales”.

Claudio Olmos, de la UNAB, señaló que “la gestión en general ha sido mala, muy “hospitalocéntrica” al inicio. No fue hasta bien entrado el 2020 que se acordaron de la APS, y hasta hoy el respaldo ha sido más bien en el discurso. Además, las cuarentenas dinámicas fueron un fracaso; la incorporación de las residencias sanitarias fue tardía; la comunicación de riesgo ha sido errática, como lo mostró el episodio del café de la subsecretaria Paula Daza; el sistema de registros del país fue sufriendo intromisiones políticas, y el apoyo financiero y la seguridad laboral han tenido respuestas tardías”.

Ignacio Silva, de la USACH, sostuvo que “lo peor ha sido no poner el foco en la salud pública, sino que colocarlo en la economía, que ciertamente es importante. Si se hubiese apostado por la salud pública y la prevención más que por el control de daños y la mantención de la actividad económica, quizás las repercusiones de la pandemia pudieron ser menores”.

El ingeniero comercial Diego Soffia apuntó desde lo económico “que la tardanza del Gobierno en entregar ayudas directas nos dejó el problema con las pensiones futuras debido a los dos retiros desde las AFP. Fue muy negativo que la autoridad se restara de la discusión. Eso fue una clara muestra de desgobierno, pues se debió mejorar la Ley de Pensiones y abrir la billetera fiscal”.

El sociólogo Axel Callis precisó que “el manejo de la información sobre los números de casos y de muertos ha dejado mucho que desear. Todo lo que tiene que ver con indicadores y manejo de la información oficial ha sido el gran déficit, y ha llevado a la gente a no creer o dudar de lo que le dicen desde el Gobierno”.

Y el sicólogo Rodolfo Bachler, de la U. Mayor, explicó que “claramente no estamos entre los países que mejor se han manejado, pues tanto en lo sanitario como en lo económico hay crisis. La comunicación de riesgo ha sido muy ambigua y por eso la gente recibe al mismo tiempo mensajes contradictorios, que generan caos. También han aplicado medidas homogéneas, sin respetar las diferencias socioculturales del país”.

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