Todas las caras de Baquedano: general invencible, héroe patrio o enemigo del pueblo mapuche

Las encerronas y los baleos son noticias de todos los días. Fallecieron dos niños de 6 y 5 años, y esta semana una madre fue apuñalada ocho veces con desatornillado cuando llevaba a su hijo al colegio. Pero para el gobierno y los principales líderes del oficialismo y la oposición el tema central es la estatua del general Manuel Baquedano.

De ahí que daremos un poco de luz sobre la historia de este personaje que por estos días ha sido calificado como héroe patrio y también genocida del pueblo mapuche.

Baquedano nació en una familia militar, el 1 de enero de 1823. Su padre logró el grado de capitán y fue escolta directorial, a cargo de la seguridad de los directores supremos, el símil de presidente a comienzos de la República.

Se arranca para pelear una guerra y enfrenta a su padre

En 1838, cuando tenía 15 años, sigue a su padre a la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y alcanza el grado de subteniente.

Ya transformado en su soldado formal, Baquedano defiende al presidente constitucional Manuel Montt, en la guerra civil de 1851. Un alzamiento en Concepción de una facción del Ejército desató el enfrentamiento con el gobierno conservador. Baquedano se suma al bloque constitucional, mientras que su padre y su hermano, al ejército alzado en Concepción.

Las fuerza de Montt vencen y el padre de Baquedano resulta herido en el alzamiento.

Las dudas de la ocupación de La Araucanía

En 1861 el gobierno de Chile decide ocupar el territorio mapuche, luego que el francés Orélie Antoine de Tounens fuera nombrado rey de La Araucanía por un grupo de loncos.

La acción del francés encendió las alarmas en Santiago y La Moneda decidió arremeter militarmente en territorio mapuche para iniciar la «chilenización» de esa zona.

Las operaciones militares estuvieron a cargo Cornelio Saavedra y estuvieron marcadas por un enfrentamiento directo y en extremo violento contra la población mapuche.

En este punto, muchos historiadores discrepan en el papel que jugó Baquedano. Algunos aseguran que sólo realizó labores administrativas y que nunca pisó territorio mapuche, mientras que otros lo ubican como pieza clave en sangrientas campañas contra poblados mapuches.

Héroe patrio

Baquedano alcanzó la condición de héroe patrio en la Guerra del Pacífico, donde fue nombrado comandante en jefe del Ejército y se transformó en el hombre que selló el triunfo de Chile sobre las fuerzas de Perú y Bolivia.

En este aspecto, sin embargo, hay historiadores que defienden la capacidad estratégica del general, pues las tropas chilenas mostraron variantes especiales para cada batalla. Baquedano era un general inteligente, que se rodeó de pares más destacados en estrategia y siempre los escuchó, pero sí, cuando tomaba una decisión no cambiaba.

A la postre, el general es identificado como el gestor de la victoria de la guerra y fue elevado al rango de héroe nacional.

El capítulo más oscuro

En 1881, tras la guerra, Baquedano deja el Ejército y la comandancia en jefe. Al año siguiente es elegido senador. Políticamente es afín al Partido Conservador, incluso, esta tienda la presenta como candidato a la presidencia, nominación que luego desechó.

En 1891 estalló la guerra civil, contienda en la que murieron más chilenos que en la Guerra del Pacífico. Cuando las fuerzas oficialistas perdieron, el Presidente Balmaceda entregó el poder al General Baquedano con el cargo de Jefe Accidental de la República.

La idea del derrotado Mandatario, quien días después se quitaría la vida, era que el general héroe fomentara la unidad y mantuviera el orden en Santiago. Sin embargo, Baquedano no cumplió esta tarea y en la capital se desató una sangrienta venganza de las fuerzas parlamentarias contra los balmacedistas. El general fue incapaz de frenar los crímenes, saqueos y abusos en contra de los derrotados.

Estatua puesta por un dictador

En 1894 el general cumple su último periodo como senador, se retira de la vida pública y fallece en 1897.

El recinto permaneció igual hasta 1928, cuando el entonces dictador Carlos Ibáñez del Campo, quien había llegado al poder tras complotar contra el presidente Emiliano Figueroa, inauguró la estatua del general Baquedano, un 18 de septiembre, junto a la tumba del solado desconocido. La plaza, sin embargo, siguió llamándose Italia.