Mañana sábado 13 de marzo, en razón de las determinaciones adoptadas por el Gobierno para enfrentar la pandemia, se vuelve a modificar el horario del toque de queda. La restricción regirá entre las 22.00 y las 5.00 horas.
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Pero ciertamente no será algo nuevo para los chilenos, ya que el próximo 22 de marzo, se cumplirá un año desde que se comenzó a utilizar dicha fórmula bajo el argumento que ayudaría a prevenir la proliferación de los contagios.
Sin embargo, a la fecha, son una serie de expertos y personeros políticos los que descartan que existan razones científicas que justifiquen su implementación. Es más, la mayoría sostiene que no hay datos concretos que permitan aseverar que el toque de queda incida en el aumento o disminución de los casos positivos de covid-19.
En medio del debate, el Colegio Médico dice que el toque de queda sirve más como una “señal” que otra cosa, pues según aseveró José Miguel Bernucci a este medio, no hay evidencia empírica de que el que sea más extendido haga disminuir los contagios. “Debería aplicarse de acuerdo a la realidad epidemiológica local. A medida que las comunas van avanzando, el toque debería ir relajándose, y endurecerse si la situación empeora”, manifestó.
El director de la Fundación Chile 21, Eduardo Vergada, coincide con esa mirada. En un tono bastante duro, expresó a Publimetro que el Gobierno logró extender el estado de catástrofe «a pesar de que ha abusado de este para ejercer control en seguridad e incluso militarizar territorios. Sin rendir cuenta alguna».
«Medidas como el toque de queda ya se han transformado en un tanque de oxígeno para que el Ejecutivo pueda gobernar. A más de un año del inicio de la pandemia no hemos visto evidencia que sustente el impacto positivo que medidas como estas han tenido sobre la emergencia sanitaria. La excepcionalidad ya se ha transformado en parte de su plan de gobierno», expresó.
Desde el Congreso, la opinión tampoco varía mucho, aunque tanto la Cámara como el Senado visaron su continuidad.
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El senador Rabindranath Quinteros (PS), uno de las parlamentarios que se opuso, insistió en que «no existe evidencia científica que el toque de queda ayude a contener el virus. Hoy tenemos casi 6 mil caso activos que se agregan a los casi 30 mil que ya teníamos. Entonces, ¿cuál es su efectividad para enfrentar la pandemia? Creo que ninguna».
En la misma línea, el diputado Miguel Crispi (RD), quien también votó en contra, recordó que en la Comisión de Salud tuvieron un debate sobre el toque de queda, «donde distintos expertos y expertas nos señalaron que existe muy poca evidencia a nivel mundial sobre la efectividad sanitaria de esta medida. Además, nos manifestaron que mientras más se prolonga en el tiempo, va perdiendo efectividad».
«Si a esto le sumamos que el plan Paso a Paso tiene serias inconsistencias -como que se abrieron casinos, cines y malls en fase 2- para nosotros no tiene sentido que se mantenga el toque de queda, o al menos debería vincularse a las etapas del plan. Si es por limitar aforos en las casas, podemos hacerlo sin restringir la libre movilidad», complementó.
Desde la otra vereda, de todas formas, respaldan la utilización de esta medida. El senador Francisco Chahuán (RN), junto con subrayar que el estado de excepción permite su implementación, expuso que ciertamente es un elemento «importante para los efectos de evitar aglomeraciones. Va en la línea correcta el mantenerlo. Por lo mismo, creo que el toque de queda debe seguir, permite garantizar que en las noches no tendremos aglomeraciones de personas, fiestas clandestinas o reuniones más allá de los aforos permitidos».