Al retiro el pasado viernes de madrugada de la estatua del General Manuel Baquedano desde la Plaza Italia, para iniciar el proceso de restauración determinado por el Consejo de Monumentos Nacionales, siguió este domingo al mediodía el comienzo de las labores de resguardo de la base de la obra de bronce fundido del escultor Virginio Arias, que implican además un cierre perimetral.
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La figura del militar sobre su caballo “Diamante” -que pesa cuatro toneladas y fue inaugurada el 18 de septiembre de 1928- fue llevada a un hangar del Ministerio de Cultura en Cerrillos, donde cuenta con protección.
“A la estatua hay que sacarle todas las capas de pintura (aplicadas por los manifestantes y luego por la Intendencia cada vez que ha sido rayada). Las patas del caballo están afectadas y quizás haya que desarmar la escultura por dentro. Cuando fue fabricada no existía la soldadura, por la que la construyeron por placas”, dijo Emilio de la Cerda, subsecretario de Patrimonio Cultural y presidente del Consejo de Monumentos.
Lo que ya está decidido es que las faenas de reparación del cuestionado monumento a Baquedano estarán a cargo del reconocido “Taller Montes Becker”, de los escultores Luis Montes Becker (padre) y Luis Montes Rojas (hijo), especializados en el tratamiento de piezas patrimoniales.
Ellos repararon en 2018 la escultura “Unidos en la gloria y en la muerte” de Rebeca Matte”, situada afuera del Museo de Bellas Artes y que fue afectada por una grúa cuando ese verano se hizo una fecha de la Fórmula E en pleno centro de la capital.
Ese encargo tardó ocho meses, lo que de una señal de cuánto podría tardar el “encargo” de Baquedano, aunque de manera extraoficial se calcula que los trabajos se extenderían hasta por un año.