Inglaterra está conmocionada por el brutal secuestro y muerte de Sarah Everard, un crimen que ha provocado la indignación de la población, la que ha salido a las calles a exigir justicia y debatir en torno a la violencia contra las mujeres.
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El caso comenzó el pasado 3 de marzo cuando Sarah Everard desapareció: la mujer de 33 años caminaba rumbo a su casa desde el departamento de una amiga aproximadamente a las 22:30 de la noche y fue encontrada muerta una semana después. El asesinato provocó conmoción porque un agente de la Policía Metropolitana está acusado de secuestrarla y asesinarla.
El sospechoso es Wayne Couzens y tras comparecer ante la justicia el pasado sábado el tribunal determinó que el hombre permanecerá detenido y deberá comparecer de nuevo en una nueva audiencia judicial en el Tribunal Penal de Old Bailey (Londres) el próximo martes.
Dicha audiencia desató una multitudinaria vigilia de miles de personas que exigían justicia por el asesinato de la joven Sarah Everard, haciendo caso omiso a las restricciones por el coronavirus de reuniones masivas.
El actuar de la policía en contra de los manifestantes generó una ola de repudio incluso en el propio alcalde de Londres, quien criticó duramente a las fuerzas de Scotland Yard por violentar a las mujeres que exigían justicia.
“La policía tiene una responsabilidad de hacer cumplir las leyes por el covid, pero por las imágenes que he visto, la respuesta en ocasiones no fue ni apropiada, ni proporcionada”, tuiteó el alcalde Sadiq Khan.
La Policía Metropolitana ha expresado su asombro y horror de que uno de los suyos esté acusado del crimen. La fuerza policial de Londres señaló que Couzens se integró a la policía en 2018 y recientemente sirvió en el comando de protección parlamentaria y diplomática, una unidad armada responsable por la custodia de embajadas y el Parlamento.