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“Esteban me gritaba ‘¡sácame de acá!’”, dice querella de Iván Núñez por ataque a balazos

Patrocinada por Jorge Ponce, Matías Künsemüller y Fernando Garreaud, dice que los hechos constituyen un homicidio calificado frustrado.

ATON

La tarde de este lunes 29 de marzo el periodista Iván Núñez interpuso una querella por homicidio calificado por el ataque del que él y un equipo de TVN fueron víctimas en el camino entre Cañete y Tirúa, en la Región del Biobío. En el ataque el camarógrafo Estaban Sánchez perdió un ojo.

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Patrocinada por los abogados Jorge Ponce, Matías Künsemüller y Fernando Garreaud, la querella establece que los hechos son constitutivos del delito de homicidio calificado en grado de frustrado, según publicó la noche del lunes Radio Biobío. El texto tiene seis páginas y Núñez relata en detalle lo que pasó antes y durante el ataque, ocurrido el fin de semana pasado. Núñez dice que salió el 26 de marzo con Sánchez sentado a su lado en una camioneta de TVN.

“(…) llegamos a Cañete a eso de las 16.00. Originalmente nos reuniríamos con nuestro entrevistado en esa ciudad a las 18.00 horas. Sin embargo, (Héctor) Llaitul nos comentó que tenía alguna complicación para llegar a ese lugar y quedamos de reunirnos en el puente Lleu Lleu a eso de las 18 horas. Una vez que llegamos a ese lugar Llaitul nos indica que sigamos manejando un par de kilómetros más, hasta llegar al cruce San Ramón”, señala el documento.

Instrucciones de Llaitul

A ese sitio llegó una camioneta con cuatro personas en su interior, “una de ellas era Llaitul, con quienes comenzamos a conversar. Eso ocurrió a las 19 horas (…) tengo un registro de imágenes con hora en mi teléfono celular (…) Con el objeto de conversar unos minutos más, le ofrecimos a Llaitul llevarlo hasta su hogar, a lo que accedió, subiéndose este, junto a su pareja a los asientos posteriores de la camioneta que yo manejaba, cuyo copiloto era Juan Esteban Sánchez”, indica.

Todo iba bien, la camioneta que se desplazaba en la vanguardia le dio el paso. “Pasamos por un lugar en que al parecer estaban celebrando un cumpleaños y Llaitul bajó el vidrio para saludar”, dice Núñez. Luego Llaitul se bajó. “Así nos dimos la vuelta y emprendimos la marcha hacia Cañete”.

Fue aquí que pasaron de nuevo por el presunto cumpleaños. Fueron detenidos por un grupo de desconocidos, “señalándonos que estaban muy molestas (…) habíamos ingresado a su territorio sin solicitar autorización”. Entonces le indicaron a los reclamantes que ellos tenían la autorización de Llaitul, “pero eso no aplacó su molestia, argumentando que Llaitul era de Osorno y no de ahí”.

“Estaban muy enojados e incluso señalaban que cruzarían un vehículo en el camino para impedirnos el paso (…) Para intentar calmar los ánimos, les ofrecimos que nos dieran sus argumentos en una entrevista que se realizaría al día siguiente”, continúa. Entonces, dice Núñez, “hablamos personalmente con la dirigente Gladys Huenumán”.

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Núñez dice que también se contactaron con el dirigente Santos Reinao, ligado al PPD y actual candidato a integrar del proceso constituyente.

El momento de la emboscada

 “Una vez que dejamos atrás ese lugar, luego de coordinar una entrevista para el día siguiente, nos detuvimos a captar unas imágenes a las 20.09 horas de acuerdo a mi registro telefónico”, agrega. Siguieron hasta terminar el camino de tierra y doblaron para San Ramón.

«Cinco minutos después sentí un primer impacto de bala por el lado del piloto (…) Luego un segundo impacto, que me hirió en el brazo y ahí comenzaron a dispararnos desde todas las direcciones, tanto desde los lados e incluso desde el frente”, continúa. “Uno de los disparos del lado del copiloto dio en el rostro de Juan Esteban (Sánchez), quien comenzó a sangrar profusamente”, relata.

 “Los disparos duraron aproximadamente unos cinco minutos y nosotros seguíamos avanzando por lo que debe haber sido un número importante de tiradores”, explica. “Siempre estuvimos bajo fuego (…) Esteban (Sánchez) permanentemente me gritaba ‘¡sácame de acá!’”.

Pidiendo de rodillas

 “No había ninguna forma de defendernos y únicamente logramos salir con vida en razón que nunca detuvimos la marcha”, dice. También afirma que luego de pasar el cruce San Ramón, era imposible continuar en la camioneta con un herido. “Me bajé de la camioneta pues había un camión blanco estacionado (…) le pedí ayuda e inmediatamente se fue (…) durante esos minutos llamé al 133, a las 20.16 horas”, dice.

Luego venía un auto y “(…) me puse de rodillas con las manos arriba (…) el auto se detuvo y la pareja que lo conducía en un principio se negó a ayudarnos. No fue sino antes mis súplicas que decidieron llevarnos en el asiento trasero hasta el hospital de Cañete”.

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