Vecinos alertaron a Carabineros de ruidos molestos en Angol, que terminó en el descubrimiento de una fiesta clandestina, con 22 participantes, entre ellas 14 militares.
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De acuerdo al fiscal jefe de Angol, Cristián Gacitúa, los asistentes estaban escuchando música e ingiriendo alcohol al aire libre.
De esta forma, pasan a control hoy dos militares (que tenían detenciones anteriores) y un civil (tenía orden de detención). El resto quedó en libertad, apercibidos, pero deberán comparecer cuando sean citados.
El subsecretario de Interior Juan Francisco Galli, se refirió al tema. “Aquí no hay que hacer ninguna diferencia. Las reglas restrictivas están siendo cada vez más restrictivas porque enfrentamos una situación que exige que la ciudadanía entienda que debemos cuidarnos entre todos y entre todos significa que nadie puede evadir la norma”.
Los detalles del carrete
Las personas fueron detenidas a las 22:30 horas de este lunes, en la ribera del rio Picoiquén, por una fiesta clandestina al interior de un recinto particular que mantenía partes de sus cercos en el suelo y que permitía que individuos desconocidos pudieran acceder a la ribera del rio Picoiquén.
En el lugar los funcionarios se percataron que alrededor de un vehículo, había 18 personas jóvenes de sexo masculino, de las cuales cuatro era civiles y 14 personas integrantes del Ejército, del regimiento Húsares de Angol. Además había cuatro jóvenes de sexo femenino, todas civiles.
Los detenidos al momento de la fiscalización no hacían uso de mascarillas ni respetaban la distancia mínima entre personas, además no portaban ningún salvoconducto para transitar en zona de cuarentena o toque de queda, razón por lo que fueron detenidos y trasladados a la unidad, por infringir el artículo 318 del código penal.